viernes, 20 de abril de 2007

Es grande ser Cura (II)


¿Padre?



En el Corte Inglés de la Península los dependientes me llaman “caballero”, a pesar de que nunca he llegado a caballo. En el de Las Palmas, una chiquilla que atiende la sección de discos, me llamó “mi niño”, y me hizo tanta ilusión que no me he recuperado del todo.

Las ex-alumnas de Aldeafuente, donde fui capellán dieciocho años, me dicen “don Enrique” (o “don Henry” las más descaradas) y aprendieron sin esfuerzo a tratarme de usted.

—Oye, a ti hay que hablarte de tú o de oiga —me interpeló una que se incorporaba al colegio en plena edad del pavo—.

—De oiga —le contesté—.

Y siguió con el tuteo intercalando algún que otro “oiga” de vez en cuando. El suyo era un problema de sintaxis.

En la universidad, los chavales me llaman como pueden. Y aunque de momento ninguno me ha dicho “oye, tronco”, sí se han atrevido con “tío”, aun sabiendo que no los considero sobrinos.

Las viejecitas casi siempre me confunden con otro cura, y suelen darme nombres variados. Hace unos días una anciana encantadora se empeñaba en que yo era don Aquilino, y no logré persuadirla de lo contrario porque en la iglesia hay que hablar bajito y ella estaba sorda como una tapia.

Otros y otras —cada vez más— me dicen “padre”.

Hace años no me hacía ninguna gracia, y tenía dos buenas razones: la primera, que yo era joven y me resultaba extraño sentirme padre de alguien que casi siempre me doblaba en edad. La segunda, que ese título solía aplicarse sobre todo a los religiosos —a los dominicos, agustinos, benedictinos—, no a los sacerdotes seculares.

Ahora me da igual. En primer lugar, porque soy viejo. Y además, porque casi nadie distingue un cura de un fraile. No saben de qué va esa distinción canónica y uno no necesita dar demasiadas explicaciones.

Además, me gusta mucho sentirme padre, porque lo soy. Ser cura es eso.

Hace unos días bauticé a Santi, el cuarto hijo de Nacho y Alicia. Ella estudió en Aldeafuente y supongo que recibió de mis manos la Primera Comunión. Pasó un pavo tormentoso y melancólico —de eso sí que me acuerdo bien— aunque siempre fue buena chica. Años más tarde —hace siete— celebré su boda en Gazolaz, un pueblecito de Navarra. Me pidieron que fuera, conscientes de que a mis alumnas nunca les digo que no.

A Nachete, el primogénito, no pude bautizarlo, porque nació en Nueva York y no se atrevieron a sugerírmelo. Al resto, sí. Y me sentiría muy ofendido si no me llamaran también para el quinto, el sexto...

—¿No es eso ser padre?

—No, don Henry, eso es ser un abuelo con mala idea.

—Como digo, mis ex-alumnas son unas impertinentes.


11 comentarios:

carmen dijo...

D.Enrique, creo que de la chica que habla fue compañera mia de clase, si mal no recuerdo también estaba con Arancha, María,Pilarin y otras muchas.
En mi caso hablando muchas veces con el parroco de mi parroquia ya no le digo don... él al pricipio me dijo ¡que pena estas perdiendo los buenos modales que aprendistes en el colegio!! Claro que a un agran amigo de la familia que tambien es sacerdote nunca le he dicho don.. siempre le he hablado de tú o de pater.
Seguramente tendre que volver al cole para recordar muchas cosas que creo que estan olvidadas.(¡¡Que pena que el tiempo pasa y no hay marcha atras)
A mi me gustaria una cosa que al Señor se la pido mucho pero a veces lo veo algo dificil, bueno aquí no se lo pudo decir algún día que vaya a verle se lo diré, reze por ello (una intención). Hasta pronto! fdo antigua alumna Aldeafuentina y seguro que algo impertinente

Enrique Monasterio dijo...

¿Y tú quien eres, Carmen? En este blog entran 4 Cármenes diferentes y no siempre sé quienes son. Si eres de Aldeafuente seguro que me acuerdo de ti.

Anónimo dijo...

Aquí Ele/Elena o Sra. Celofán -ya que debo ser transparente, o al menos mis firmas en este blog lo son...- confieso orgullosa que le llamo "Don Henry"... ¿será porque soy una descarada? ¿¡YO?! no lo creo.... Usted es mi amigo, mi colega de más años de duración, y "Don Enrique" se me hace muy serio. Además, yo le he permitido llamarme "pava"(*) un alto porcentaje de los años de mi vida, así que me puedo permitir el lujo de seguir llamándole DON HENRY :o)

______________
(*) ¿Acaso compararme con un ave galliforme del género Meleagris -bastante poco atractivo, por cierto- a lo largo de mi interminable adolescencia, no pudo causarme un trauma?

carmen dijo...

Si soy carmen garde estuve en Aldeafuente,fui compañera de Arancha y Mª Quesada tambien de Alicia de Pilarin etc... pero al terminar 8º de egb me fui a besana, alli estudie formación Profesional. Hace como dos años nos vimos en un centro de la Obra en la calle Velazquez.¿sabe ya quien soy? Actualmente veo a D. Pele mucho por mi parroquia Espiritu Santo y Nuestra Señora de la Araucana.Despues del puente ire a verle para que salga de dudas.

Enrique Monasterio dijo...

Me bastaba con el apellido, Carmen.

Anónimo dijo...

¿No me merezco ni un "Hola"?

Enrique Monasterio dijo...

Hola, Ele. No te enfades si te comparo con un ave. Para mí son lo más de lo más. ¿O no lo sabías?

Anónimo dijo...

Claro que sí, Don Henry... Me estaba haciendo la interesante... Ahora estamos en paz: yo le dije que era mi cura favorito, y ahora sé que soy "lo más de lo más", jejeje. Esto es bueno saberlo, pensé que sólo era "la más de la más" en cambiar pañales.
Camino me está volviendo loca.

Unknown dijo...

Dos críticas a su artículo!
1.- Le ha faltado decir que Santi es un niño mono, muy mono...
2.- La Primera Comunión a mi promoción nos la dio Don Julio de la Vega, de eso sí me acuerdo...no de lo del pavo "tormentoso y melancólico"...
Por lo demás completamente de acuerdo

carmen dijo...

Yo todavia recuerdo el dia de mi comunión, llovia a la salida de la parroquia de la Asunción bastante. Alicia Que tal te va? Soy Carmen Garde antigua compañera tuya del colegio.

Anónimo dijo...

Alicia,

El niño es ideal sin duda alguna. Ya sabes que los buenos escritores no describen lo rotundamente evidente.

Enhorabuena y recuerdos a tu tía Marian!