Los comentaristas de la parábola de “el dengue, el toro y el mosquito” han recurrido a coplas anónimas con rimas inconfesables (Juanan) a remedos de Jorge Manrique (Bernardo) e incluso a un poema satírico de mi amigo Quevedo (Dal).
María y Elena, como buenas ex-alumnas de Aldeafuente, se acercan más a lo que yo pretendía decir con esta verídica historia. Pero mi opinión es más radical.
Por supuesto que no hay enemigo pequeño. Más aún: el peor enemigo es casi siempre el más pequeño. Los grandes morlacos que nos corresponde torear en la vida suelen encontrarnos bien preparados, con la muleta desplegada y el estoque a punto. Pero ¿quién teme a un mosquito?
Dentro de unos días me tocará oficiar una boda y, como siempre, me entrevistaré antes con los novios. Hablaremos de toros y de mosquitos. Les diré que no tengan miedo a los grandes problemas, a las fieras que sin dura aparecerán alguna vez durante su vida en común. El auténtico peligro está en las pequeñas discusiones, en los reproches miserables, en los olvidos, en las mínimas faltas de respeto, en los silencios huraños, en la mala educación, en las faltas de cortesía.
Esos son los mosquitos, que, si no se eliminan a tiempo, pueden infectar el matrimonio con un dengue crónico de difícil cura.
San Pablo, en ese texto que suele leerse en las bodas, nos proporciona el insecticida. Es, como veis, un catálogo de cosas pequeñas:
“El amor es comprensivo, el amor es servicial y no tiene envidia; el amor no presume ni se engríe; no es mal educado ni egoísta, no se irrita, no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, si-no que goza con la verdad. Disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites. El amor no pasa nunca”.
4 comentarios:
Me quedo con esta moraleja. Cuánta razon tienen usted y el apóstol. Me encanta esa cita, la leo con fecuencia para no olvidarla, pero no puedo evitar acordarme de la cursi de la madre de la princesa el día de la boda...
Algo así tenía yo en mente, pero sin asociarlo a nada en concreto, ni al matrimonio ni a nada. Quizás por eso no lo supe expresar, y por no callarme tuve que poner la rimita... a ver si aprendo a ser señor de mi silencio y no otra cosa.
"Con una atencion adecuada, la mortalidad global por dengue puede ser inferior al 1%. La clave del control de la enfermedad es el control del mosquito vector, el A.aegypti." Que la medicina avanza mucho, tb se puede con los "mosquitos"..
Voy a hacerme un imán para la nevera con ese texto.... se me olvida siempre en el día a día.
Es gracioso que en su "Apología" Sócrates se comparaba con un tábano que incordiaba a los atenienses. Vamos, lo que hoy llamaríamos una mosca coj...
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