viernes, 1 de agosto de 2008

En la muerte de Pedro Antonio Urbina





Reproduzco un bellísimo y peculiar soneto de Pedro Antonio Urbina

El poeta prepara su equipaje para el Cielo y hace recuento de lo que no quiere olvidar. Le gustaría guardar en la maleta toda la belleza de este mundo y también el amor de sus amigos. Ojalá nos encontremos todos con él.


Estos brillos de anuncios y de luces,
estos pasos fugaces de los coches
elijo:
que empiezo ya a ordenar todas mis cosas,
las que quiero tener allí en tu casa.

Y elijo el agua con las hierbas verdes,
las mañanas de mayo con sus flores,
los montes lejos y el azul muy alto,
el aire,
la música que suena entre los chopos;

aquella tarde en que reímos tanto,
las baldosas de casa de la abuela,
ésas que eran un mar entre los muebles,
y te veía.

¡Y elijo todo!, porque no me acuerdo
y temo
dejar algo en el olvido;
y a mis amigos llévalos a casa
contigo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Impresionante. Me encantaría morirme así.