jueves, 2 de agosto de 2012

La red ha vuelto a Molinoviejo



―¿Lo has pensado alguna vez, colega? Hemos vivido sesenta años sin red ni wifi, dependiendo de un bolígrafo BIC, de máquina “Olimpia”, y no sabíamos que nos faltaba algo esencial para ser felices. 
―Pero estábamos contentos, ¿no?
―Más o menos como ahora, amigo Kloster. 
 ―O sea, tampoco.

6 comentarios:

Relicary dijo...

¡Ay mi vieja Olivetti! Te echo de menos. Lo bueno es que ahora no debo usar típex cuando me equivoco en una letra.

Al menos, lo que escribimos ahora llega a muchos más lugares aunque lo paguemos con un resentimiento de la vista ;)

Anónimo dijo...

Kloster, no defrauda....

Papathoma dijo...

Por fin! Me cansaba un poco ya esa idea de que "antes" éramos feliciísimos sin nuevas tecnologías. Ni con ellas ni sin ellas: la felicidad depende de cómo uno enfrente la vida y, sobre todo, de cuánto ame.

Altea dijo...

Sí, bueno. Tampoco Adán y Eva echaban de menos la rueda.

Antuán dijo...

Viviamos igual de felices o más, cuando cambiabamos el agua de lo surcos en la huerta como el otro dia cuando fui con mi cuñada a ayudarle a traer la compra de la de su padre con el carro por los rastrojos y en la nuestra cuando se iba la luz del dia lo alargabamos con la del candil. y ni te digo en la siesta cuando nos juntabamos en la alberca más profunda. M e rio yo de las piscinas olimpicas y de las medallas que no quiere decir que no este contenta con la Mirella. Adiosle

chispa dijo...

Suerte para esta nueva etapa, cerca de la Virgen, algo de mi parte.
¿Me añade a sus enlaces de blog?
chispavacontigo, Gracias.