Estas aves no son de aquí. Y las nubes tampoco. La foto me llega desde Paraguay
Empieza a presentirse el otoño. No sólo es el descenso de la temperatura. Son las nubes las que marcan la diferencia. Las nubes son como las aves migratorias. En verano vienen de África, como las oropéndolas o las águilas calzadas. Son nubes secas, hinchadas de arena del desierto. Si alguna vez descargan agua tibia, uno teme que caigan también camellos del cielo.
Hace unos días bajé a Madrid y, nada más pasar el túnel que divide las dos mesetas, me topé de frente con un nubarrón africano que parecía cubrir toda la ciudad. A punto estuve de retroceder.
Las nubes del otoño, en cambio, son blancas o negras, pero limpias y refrescantes, como las avefrías que acompañan a las primeras nieves o como esos cientos de grullas que vienen en procesión a la Península Ibérica.
Ayer llegaron las primeras nubes de otoño galopando desde el norte. Las oropéndolas, entre tanto, ya han hecho el equipaje. Apenas se las oye por la mañana. Seguramente van ya camino de África.
1 comentario:
Acá se siente la primavera....todo lo verde está hinchado y floreciendo. Los pájaros aún no han llegado desde el norte, pero he notado que hay golondrinas que se han aclimatado por estos rumbos y se quedan en invierno. Claro que por nuestra proximidad al Pacífico tenemos un clima benigno, pero aún así las encuentro imprudentes y perezosas.
Saludos, don Enrique
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