¿Y el anuncio del lunes?

Como veis, la crisis llega también a Molinoviejo. No he encontrado un solo mensaje publicitario que merezca salir en el globo.

A punto he estado de dejar inédita esta fiesta de la Transfiguración del Señor, a pesar de que ha sido un día bien lleno de clases, confesiones y emociones varias. Ahora, a punto de irme a la cama, hago examen de conciencia y me vienen a la memoria unas palabras que hemos leído en el Evangelio de la Misa. San Pedro, al contemplar por unos instantes la gloria de la Humanidad Santísima de Cristo, transfigurado en el Tabor, no supo contenerse y exclamó:

--Qué bien se está aquí. Hagamos tres tiendas; una para Elías, otra para Moisés y en la tercera nos metemos el resto.

No estoy muy seguro de que fueran éstas sus palabras, pero la intención era clara: quedarse para siempre con ese pedazo de Cielo que Jesús les mostró.

Molinoviejo no es el Tabor, pero aquí se está muy bien. Y no sólo son las aves, los pinos del jardín y la brisa de la Sierra. Lo importante es que a pocos metros de mi cama está el viejo oratorio que puso san Josemaría con un precioso Sagrario dorado sostenido por dos ángeles donde el Señor permanece escondido, pero en vela. Siempre en vela.