El
despertador electrónico me susurró al oído con su voz metálica:
―Son
las siete de la mañana. La temperatura exterior es de 9 grados. No lloverá en
todo el día. Levántate, amigo, Europa te necesita.
Me
puse en pie de un salto mientras MG2-V, el robot doméstico que compré en IKEA,
me acercaba la bandeja con el desayuno. Con el mando a distancia R6-Morgan,
1.1, llamé a mi coche, un Ford Bala de última generación, para que saliera del
garaje y se situara junto a la puerta de casa.
Ya
en la carretera, la computadora del automóvil me informó de que un radar nos
había denunciado por circular a mayor velocidad de la permitida.
―La
culpa es tuya ―le respondí―. Tú eres el conductor. Te quitarán el carnet. Si es
que lo tienes.
Aún
se reía a carcajadas electrónicas, cuando nos detuvo un CG656 ―el típico robot
policía de carreteras nacionales― para comunicarnos que ya había descontado el
importe de la multa de mi cuenta bancaria.
De
nada sirvieron mis quejas ni la extraña circunstancia de que un robot,
denunciado por otro robot, fuese sancionado por un tercer robot.
Al
llegar a la empresa, el jefe de sección, un viejo robot con software desclasificado,
me comunicó que ese mes cobraría un seis por ciento menos por mi falta de
interés en el trabajo y que perdería el nivel 6 al que accedí el verano
anterior.
Acudí
a su despacho y lloré. Le dije que estaba estresado, que no soportaba la idea
de vivir entre máquinas, sin el menor contacto con seres humanos. Supliqué,
imploré que no me degradaran, que me diera una nueva oportunidad.
Mi
jefe me analizó de arriba abajo con sus ojillos rojos típicos del escáner
óptico Toshiba 6.2, y me autorizó a tomarme una semana libre:
―Ve
al campo. Descansa. Contempla los pájaros. Cuando regreses, seguiremos
hablando. Esta empresa es una gran familia ―concluyó mientras se desactivaba y
se introducía en un cajón del escritorio―.
Volví
a coger el coche y, a pesar de las protestas de mi ordenador, lo conduje yo
solo, como en los viejos tiempos.
En
la cabaña, junto al río, respiré al fin algo limpio y natural. Me eché sobre la
hierba y encendí un pitillo virtual ecológico. En el cielo revoloteaban
centenares de aves de colores. Yo sabía que se trataba de un holograma en 3D
creado por mi empresa, pero traté de ignorarlo.
Un
insecto de la factoría Red Bull se posó en la margarita que había a mi lado. “Esto
es el colmo”, me dije. Traté de arrancar la flor, pero estaba sujeta al suelo
con un cable de acero.
Saqué
el revólver del bolsillo y me apunté a la sien derecha. El disparo me destrozó
el cráneo.
Saltó
un muelle de mi poderosa cabeza de titanio. El jefe se puso furioso al enterarse. Tuvieron
que cambiarme varias piezas y reiniciar el sistema.
Ya
me encuentro mucho mejor.
15 comentarios:
Todos los informáticos y usuarios de Windows lo saben: resetear es lo mejor. Lástima que no se pueda aplicar a algunos seres humanos (o al menos actualizar el sistema operativo).
El cuento es muuuuy bueno, pero no me gusta. Es feo. Porfa, siga escribiendo bonito...
Aliquando bonus dormitat Homerus.
Homero descansa con estas cosas.
Vaaaaale. Pero es muy negro y muy triste.
Por cierto, en mi trabajo hay, que yo sepa, un Octavio, un Virgilio y un Homero. Sigo pendiente a la caza de más nombres clásicos.
A mi me parece divertido. El humor de don Henry es peculiar, pero bueno.
¡Madre mía, qué angustia!
Me gustó (aunque me provocara angustia).
Podría decir que me angustió.
Saludos
PD - Intentaré engañar al filtro demostrando que no soy quien digo que soy,
Digame que intel usa pues tiene buena memoria a pesar de haberse reiniciado.
Muy bueno. No le conocía esta veta, don Enrique
Pero ¡Qué horrooooor! Me ha encantado. Además lo veo de lo más realista.
Distinto,diferente de lo que leo en este blog.Lo he tenido que leer dos veces,tambien he pensado en Homero,me ha gustado perooooooo,menos mal que es un mundo de maquinas......Que miedo!!!!Klosteeeeeeerrrr,no cierres los ojos,y avisanos cuando lleguen!!!!
Pufffff no gusta. Pero es muy bueno. Buenísimo.
Me ha hecho pensar en Siri, del Iphone de mi primo.
Me ha gustado mucho esta terrorífica historia, muy buena. Un abrazo
Como dirían los ingleses de mi ofi... Magic!!!!! :-)
¡Es fantástico Don Enrique! Esta salida de registro se merece un 10. ¡Es que es muy bueno! ¿Habrá más? :)
Me ha encantado. Esto tiene que leerlo más gente. Y me ha hecho recordar a Poe por el final, sin omitir el título. Pero como tiene moraleja me gustó más.
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