jueves, 4 de junio de 2015

Tres jueves hay en el año...


Me gusta que la Iglesia Universal siga celebrando hoy la Solemnidad del Corpus Christi, aunque en la mayor parte de los países de Occidente se retrase hasta el domingo. No me apetece nada que un día de estos nuestros amados gobernantes nos inviten a celebrar el viernes santo en lunes o el miércoles de ceniza en sábado de Pascua.
El Corpus Christi es un Jueves Santo sin dolor, sin la agonía de Cristo en Getsemaní, sin la traición de Judas, sin el sueño de los apóstoles en el Huerto de los Olivos, sin el juicio inicuo del Sanedrín.
El Corpus Christi recuerda la institución de la Eucaristía y la promulgación de un Mandamiento nuevo: el de amar a los hermanos, no como a nosotros mismos —eso es poco—, sino según la medida del corazón Cristo, que "me amó a mí y se entregó a la muerte por mí.
El Corpus Christi es una llamada a adorar a Cristo, presente en la Hostia Santa, que resplandece en la Custodia como un Sol. ¡Adorar! Quedan pocos adoradores en el mundo. Y son muchos los que, ante el paso de Jesús Sacramentado por las calles de ciudades y pueblos, parecen disimular mirando para otro lado; quizá se avergüenzan de no haber visitado al Señor en todo el año mientras estaba en el Sagrario de su iglesia.
Esta mañana ha salido hacia Toledo un buen grupo de las que asisten a la convivencia en Riaza. Son casi 190 kilómetros, pero a ellas les parecen pocos.

3 comentarios:

yankee dijo...

Así es. Hoy es un día festivo y alegre. Esta mañana en Sevilla asistí a ver la procesión. No me cansaré nunca de mirar y de admirar la Custodia de Arfe, una maravilla, a su paso por las calles bañadas con juncia y romero. Y no éramos pocos los que nos hemos arrodillado a su paso.
Las personas que miran hacia otro lado creo que lo hacen desgraciadamente por ignorancia, más que por vergüenza.

Anónimo dijo...

Aquí decimos EN LOS CIELOS Y EN LA TIERRA SEA PARA SIEMPRE ALABADO y el pueblo responde EL CORAZÓN AMOROSO DE JESÚS SACRAMENTADO.
Felicidades a todos los adoradores del mundo y de Riaza

Antuán dijo...

Esta custodia me recuerda cuando adoramos junto al Papa Benedicto a Jesús Sacramentado. Imposible de olvidar. ¡Sea por siempre Bendito y alabado! diría mi padre. Adiosle