Me decía una chica hace meses que los viejos nos pasamos la vida celebrando aniversarios. No es verdad: los aniversarios no siempre se celebran. A veces se lloran.
Sí que es cierto que, a medida que pasan los años, las fechas del calendario se van llenando de vidas y de muertes. Cada día es una percha de la que cuelgan viejas historias, harapos de memoria, que se desvanecen poco a poco.
El 11 de septiembre nos habla de odio, de muerte, de rabia… Y también de heroísmo y de perdón.
Yo le pido hoy al Señor que nos enseñe a perdonar y a aprender de la experiencia, pero también a recuperar la singular “amnesia” de los niños y de los santos, que estrenan cada día un tiempo limpio, sin rencores ni prejuicios.
En el Via Crucis de San Josemaría se lee:
Hay que unir, hay que comprender, hay que disculpar.
No levantes jamás una cruz sólo para recordar que unos han matado a otros. Sería el estandarte del diablo.
La Cruz de Cristo es callar, perdonar y rezar por unos y por otros, para que todos alcancen la paz.
3 comentarios:
Qué bonito lo que dice San José María!! Nos lo tendríamos que grabar a fuego para no olvidarlo nunca.
Qué bonito, es verdad. Estar siempre abiertos a perdonar, olvidando el daño y la ofensa... sólo así hay esperanza.
Aprovechando que mi madre está ocupada, y que parece que mi hermano Iker hoy no escribe nada, me animo yo. Quería recoradarte un aniversario más dulce, de los buenos, vamos: hoy es el cumple de mi padrino, también conocido por Iker como "el tío barbas". Por si acaso se te ha pasado... ups!! Que viene ama!!!
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