martes, 2 de octubre de 2007

Moraleja de la parábola de ayer

Vale la pena hacer click en el dibujo para ver bien el chiste de Quino




Ayer tuve que describir a toda velocidad una experiencia que habría merecido una redacción más pausada. Pero yo andaba liado con las bachilleres y ni siquiera pude poner la moraleja de mi verídica parábola urbana.

Cuando subí al coche, superado ya el ficticio ataque de pánico, pensé que sí, que era una buena metáfora de la presencia de Dios. Él sí que sabe dónde estás en cada momento; en qué atasco, en qué semáforo. Y su presencia no es agobiante, ni inquisidora. Es la mirada de una madre que contempla a su hijo que juega en el parque. A veces parece entretenida con otras cosas, pero su corazón siempre está atento.

Al sur de Roma hay una pequeña ermita con una imagen de la Virgen y una inscripción: Cor meum vigilat. Mi corazón vigila.


7 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué bonito, Don Henry...

María dijo...

¡¡acerté!! jejeje

Anónimo dijo...

Vaya.... ayer hubo una especie de concurso, y me lo perdí. De todas maneras, como buena ex-aldeafuentina, yo estaba también con María :o)

Lucía dijo...

ah! he leído el de ayer hoy y escribí sin haber leído el del día 2.Qué precipitada!...pero me ha encantado la aclaración.

Anónimo dijo...

Olé.

Anónimo dijo...

Esa jaculatoria está inscrita en el altar del oratorio de mi facultad. De mi ex-facultad ¡¡ay!!

teka dijo...

me ha gustado mucho el chiste... y mas lo que dices de la virgen!grc