jueves, 18 de octubre de 2007

Ser viejo



Dejadme ser viejo, por favor. Toda la vida he querido serlo, y ahora que por fin lo he conseguido, no empecéis con esas tonterías de que “está usted como una rosa”, “aún tiene que dar mucha guerra” y otras simplezas por el estilo.

Entre los romanos, a partir de los 40 uno ya era considerado senex, o sea, anciano. Y de los senex nació el Senado, una institución formada por viejos, a quienes se consideraba imprescindibles para el buen gobierno de la República. También surgieron los seniores —los más viejos todavía—, que, al castellanizarse, se convirtieron en los “señores”.

Cuando me hice cura, fui ordenado como “presbítero”, que en griego significa anciano. Tengo pues la vejez impresa en el alma con el carácter sacerdotal. Por eso jamás he querido ser un curita campechano, guay y resultón. No me ha hecho falta bailar bacalao ni hablar en jerga para tratar a los adolescentes. Al contrario, me ha venido muy bien ser un poco padrazo y, ahora, cada vez más abuelo.

Me propongo escribir sobre la vejez de vez en cuando, no para consolar a nadie, ni siquiera a mí mismo; tal vez sí, para desahogarme y exultar un poco.

Mature fieri senem, si diu velis esse senex, escribió mi amigo Cicerón. Lo que, traducido a romance significa que “si quieres ser viejo por mucho tiempo, hazte viejo pronto”.

Me apunto. No me digáis que estoy joven, que me deprimo. Tengo toda la vida por delante para aprender el arte de la ancianidad.


21 comentarios:

Benita Pérez-Pardo dijo...

Ay! que me muero de la risa...

Juanan dijo...

Vale, viejo sí, pero joven también. Es usted una vela que lleva mucho tiempo consumiéndose, con la experiencia y la sabiduría que ello aporta. Pero sigue con la misma llama intensa de antes.

Y si no es así, ¡cualquiera se le acercaba en sus tiempos mozos!

El payaso triste dijo...

Es ud. el mejor viejo que conozco!!
Ojala me lleve a ver aves pronto (aunque si le digo la verdad, cada vez veo menos, todavía no he ido al oculista...)

Cristina V dijo...

Pues si usted lo quiere así ,es una persona mayor (que no vieja ) que vale mucho.

Anónimo dijo...

Ya; lo que pasa es que las palabras a veces confunden. Hay gente de más de 90 años (yo conozco alguna) que no la calificaría nunca de vieja, y hay gente de pocos años bastante anciana. No se...

E. G-Máiquez dijo...

Pero bueno, qué-emoción-qué-sorpresa-qué-honor que el periódico de la foto es de mi pueblo. Me he fijado bien en el de la foto por si era yo, y creo que no, más que nada porque es el periódico de la competencia y no me dejo fotografiar hojeándolo. Eso sí, cuánto se aprende de los mayores: yo creía que la frase de Séneca, era de Azorín, que la citaba profusamente (sin decir el autor, creo) y vaya si es vieja. Y buena.

Anónimo dijo...

...post molestam senectutem, nos habebit humus... Yo paso de hacerme vieja ;o)

Ludmila Hribar dijo...

Me recuerda a un tio mio que una vez me comentó "sabes cuando me di cuenta que estaba ya algo viejo? cuando e dijeron pero que bien que está usted todavia!!"
y si es una forma de darse cuenta pero de ahi a sentirse viejo o no, no deja de ser un arte que debemos practicar desde jovenes.

María dijo...

me gusta el final "tener toda la vida por delante para aprender el arte de la ancianidad"... creo que asi visto yo también soy cada dia un poco más vieja!

Juanan dijo...

Tu ere una vieja.

Enrique Monasterio dijo...

Reconozco que, cuando encontré la foto, pensé en e.g-máiquez.
Por cierto, Enrique, estupendo tu útimo artículo, aunque lo de "pedir peras al Oslo" te ha quedado un poco chungo.

Anónimo dijo...

¿Le suena la frase... yo de mayor quiero ser como tu?... pues eso.

Anónimo dijo...

Ja, ja, es la primera persona que conozco que quiere ser viejo y reivindica su vejez. Así evita caer en el ridículo de simular ser joven.

Anónimo dijo...

Pués a mi me está costando mucho envejecer, no consigo acostumbrarme, ¿si me puede dar una receta?

Enrique Monasterio dijo...

Querido Anónimo: el 23 de septiembre escribí en el blog otro artículo "sobre la vejez" que parece decir lo contrario al de hoy. Si lo lees atentamente, verás que son compatibles. Allí hablo de vivir en estreno permanente, de empezar cada mañana, de descubrir la perenne novedad de cada acontecimiento, de no tener miedo a entusiasmarse, a recomenzar cada día... Por ahí debería ir esa receta. Pero, como tú comprenderás, necesitamos mucho más que una receta.

Anónimo dijo...

... y realmente se aprende a ser viejo? Necesito una receta urgente para ello. Vivo entre adolescentes y mayores y es cada día una aventura aunque no hay tiempo para el aburrimiento; algo bueno debía tener.

Ludmila Hribar dijo...

Enrique muy buena la receta. El solo "vivir en estreno permanente" lo abarca casi todo.

E. G-Máiquez dijo...

Muchas gracias, por el recuerdo fotográfico, por el aplauso al artículo y por el tirón de oslejas, que me pierden los fuegos de palabros, ay.

Bernardo dijo...

Buenas tardes!

Sobre los sacerdotes jóvenes que bailan bacalao ("la raspa la inventó..."), sólo quiero decir que recientemente he estado en Portugal y el domingo la misa la celebró un sacerdote joven que se había dado mechas.

Era una aldea llamada Tibaldinho, que casi no sale en el mapa, y me gustó comprobar la cantidad de gente joven que había en misa.

Los bisabuelos de Jaime presumieron de bisnieto una barbaridad. Y Jaime se portó estupendamente. (Claro).

Anónimo dijo...

Yo soy el primer anónimo, no el segundo, tendre que firmar de alguna manera

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Creo que fue Wilde quien dijo que el drama de hacerse viejo es que seguimos siendo jóvenes. Por otro lado, creo que la sabiduría, al ser eterna, no tiene edad (o las tiene todas).