El medallero y Mariano Haro

Aquí Mariano Haro salió con el 13. Así, claro, no hay manera

Dicen en la tele que "el medallero" español de las Olimpiadas está casi vacío. Yo no sé lo que es el medallero, supongo que una especie de estuche muy grande que nuestros atletas han llevado a esa ciudad que antes llamábamos Pekín y ahora ni se sabe, con el encargo de traerlo lleno de medallas. Volver con el medallero a medias no estaría bien. Bastantes problemas tenemos con la crisis para que encima nos quedemos sin el oro de China.

Pero, la verdad, no sé de qué se quejan. Es cierto que han eliminado a nuestros nadadores, pero no se ha ahogado ninguno. Y nuestras yudokas lo han hecho de cine. Al menos eso decía el locutor. Tampoco han estado mal los del baloncesto, que a lo mejor ganan, y Nadal es un valor seguro.

Yo, que no estoy muy al tanto de la cosa, añoro a Mariano Haro, aquel mozo palentino, pequeño y moreno, que corría diez kilómetros mejor que nadie y siempre quedaba el cuarto, o sea casi con medalla. Eran otros tiempos. Por entonces nos decían que lo importante era participar, que las medallas eran para los extranjeros, que perdíamos pero con la cabeza muy alta.

También estaba Pipe Areta, que parecía de fuera porque era alto y rubio como la cerveza y además siempre estaba a punto de ganarlo todo. Menos mal que se lesionaba en el último momento.

La ventaja de aquellos tiempos es que veíamos la tele con más serenidad; una vez corridos los diez mil de Mariano nos dejábamos llevar por la melancolía. Lo nuestro siempre ha sido la estética de la derrota y el victimismo. Se nos daba muy bien y éramos felices. No como ahora, que no ganamos para sustos y, entre el baloncesto y Nadal, cualquier día nos da un infarto.

Por cierto, de dónde habrá salido este chico que pega raquetazos como si fuese a asesinar al contrario y encima muerde las medallas. Y con esos brazos que parecen piernas... ¡Qué barbaridad!