Molinoviejo está en la ladera norte de la Sierra de Guadarrama. Aquí nace el sol entre los montes y se desangra al atardecer en la llanura.
Si miro hacia Segovia, veo el Palacio de Riofrío, La Granja y la semiplanicie de Castilla la Vieja. Hacia el sur y el sudeste están las montañas. La más cercana tiene un perfil inconfundible; la llaman "La mujer muerta" porque a los españoles se nos dan los nombre rotundos y un poco amargos: "Despeñasperros", "el Salto del Fraile"... Si estuviésemos en Francia la llamarían "la dama dormida".
En fin, he aquí el poema que le dedicó José García Nieto.Dama oscura, tendida y fría; oferta
de eternidad, ¡oh virgen intocada!;
muerta entre tanta sombra enamorada,
sobre tantos caminos de amor muerta.
Casa de la imposible y alta puerta,
vientre bajo la nieve sosegada;
el sol contra tu pecho se hace espada
y busca el corazón y nunca acierta.
Y nunca altera tu quietud, venablo
que acoge en arco breve la rodilla
o quiebra en mil estrellas la cabeza.
Es de tu soledad de la que hablo,
barrera donde acaba una Castilla,
y otra Castilla interminable empieza.
No me llaméis "blog". Soy un globo que vuela a su aire, se renueva cada día y admite toda clase de pasajeros con tal que sean respetuosos y educados, y cuiden la ortografía. Me pilota desde hace algunos años un cura que trata de escribir con sentido sobrenatural, con sentido común y a veces con sentido del humor.
sábado, 23 de agosto de 2008
La Mujer Muerta
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2 comentarios:
Buenas tardes
Don Enrique, creo que usted y yo ayer vimos el mismo atardecer. ¡Qué rojo más rojo! Y se lo dice un daltónico.
Envidio los corazones capaces de componer poesía así... Por cierto que en México tenemos dos volcanes juntos, uno es la mujer dormida o Ixtazihuatl...
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