Tuvo la culpa un ave nocturna que perforaba la noche de Molinoviejo con un silbido rítmico e interminable. Salí de casa con los prismáticos al cuello y escasas esperanzas de localizar al cantarín.
En efecto, nada más cruzar el umbral de la puerta, el pájaro dio por terminado su concierto.
Hacía frío, como a mí me gusta, y el cielo tiritaba de estrellas. No había luna y el aire estaba limpio, sin el menor atisbo de bruma. Apagué las luces del jardín y me senté en un banco.
A los pocos segundos estaba envuelto en luceros. La galaxia me abrigaba por todas partes como una manta de luz. Me dejé secuestrar y subí al cielo casi sin darme cuenta. Allí estuve no sé cuánto tiempo, inmóvil, sin atreverme a respirar.
Estornudé en mala hora y las estrellas huyeron despavoridas. Volví a casa. Nada más entrar, el pájaro nocturno reanudó su recital.
No me llaméis "blog". Soy un globo que vuela a su aire, se renueva cada día y admite toda clase de pasajeros con tal que sean respetuosos y educados, y cuiden la ortografía. Me pilota desde hace algunos años un cura que trata de escribir con sentido sobrenatural, con sentido común y a veces con sentido del humor.
viernes, 27 de marzo de 2009
El Cielo de Castilla
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9 comentarios:
Maravillosa crónica.....
Encomiendo el curso de retiro y especialmente al cura.
GRACIAS
Hola!
¿Los prismáticos también sirven de noche?
Pero don Enrique, no salga usted a esas horas de la casa que se puede constipar otra vez y ya la hemos liado...
¿No hay pajarillos cantores de día? aunque claro, debía estar preciosa la noche con tanta estrella...
Acuérdese de nosotros en ese Retiro y rece un poquico por sus fans...
Bernardo, Los buenos prismáticos tienen buena visión nocturna.
Isa, los grandes resfriados se cogen en locales cerrados sin estrellas, donde los virus se alimentan y engordan.
D. Enrique, y díganos...Cómo es el Cielo?
Esos momentos “Nescafé” en los que te encuentras a solas con la Naturaleza son especialmente maravillosos, parece que palpas la presencia divina en todo lo que te rodea. Por un lado, parece que nos damos cuenta de lo poco que somos en la inmensidad del Cosmos; por otro, por lo menos a mí personalmente, me da miedo la responsabilidad que nos dio el Señor al poner esa maravillosa Naturaleza a nuestra disposición. ¿Lo estaremos haciendo bien? Ya no a nivel mundial, sino en nuestro día a día: “Señor, ¿lo estaré haciendo bien?, ¿estaré comportándome con la Naturaleza como Tú quieres que lo haga? ¿Y con mis hermanos?”
Lo que usted diga don Enrique, sabe más que yo, pero yo me constiparía seguro...
Lo encomiendo don Enrique, yo también me voy de retiro,voy a Toxi, que es una hacienda que está en el Estado de México.
Espero que el deshielo sea bueno.
Gracias por todo!!
Qué envidia me da. Estoy esperando que sean las vacaciones para poder relajarme un poquito, y disfrutar de ese cambio de actividad.
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