Luis de Góngora y Argote, poeta insigne, tuvo indudables dotes proféticas. Véase si no este sorprendente soneto en el que recoge, con el particular estilo cultista de su autor, los consejos de un padre a su vástago, a quien llama “garzón”, para que abandone las monterías, pues revisten graves riesgos.
El poema es auténtico. No he añadido ni quitado nada.A SU HIJO DEL MARQUÉS DE AYAMONTE, QUE EXCUSE LA MONTERÍADeja el monte, garzón bello, no fíes
Tus años dél, ni nuestras esperanzas;
Que murallas de red, bosques de lanzas
Menosprecian los fieros jabalíes.
En sangre a Adonis, si no fue en rubíes,
Tiñeron mal celosas asechanzas,
Y en urna breve funerales danzas
Coronaron sus huesos de alhelíes.
Deja el monte, garzón; poco el luciente
Venablo en Ida aprovechó al mozuelo
Que estrellas pisa ahora en vez de flores.
Cruel verdugo el espumoso diente,
Torpe ministro fue el ligero vuelo
(No sepas más) de celos y de amores.
No me llaméis "blog". Soy un globo que vuela a su aire, se renueva cada día y admite toda clase de pasajeros con tal que sean respetuosos y educados, y cuiden la ortografía. Me pilota desde hace algunos años un cura que trata de escribir con sentido sobrenatural, con sentido común y a veces con sentido del humor.
lunes, 9 de marzo de 2009
Un Soneto de 1607
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7 comentarios:
¡¡JAJA!! Viene como anillo al dedo... ¡qué gracioso!
¿No estará administrándose demasiado paracetamol? JA JAJAJA
Comprendo que no es fácil de creer, pero el soneto es auténtico de 1607
Si es que la historia se repite y se repetirá.
me lo creo me lo creo, pero porque lo dice usted...
Se ve que la poesía no es lo mío. Yo no pillo nada.
D. Enrique: ¡Cuídese! Hay un virus muy latoso que tarda en abandonar mucho a sus víctimas.
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