Han pasado muchos años y, aunque no recuerdo su nombre, no he olvidado su rostro flaco, su gesto siempre serio, su voz grave, su carácter reservado y su enorme curiosidad por todas las expresiones del arte, a pesar de que él no practicaba ninguna. Estudiaba una carrera técnica, quizá ingeniería, y sólo tenía 18 años cuando me dio una especie de conferencia privada sobre Beethoven. Lo sabía todo: familia, amores, fechas, lugares, anécdotas. Hizo un espléndido perfil psicológico del personaje y me habló de su música con la precisión y seguridad de un auténtico experto.
Le pregunté qué composición de Beethoven le gustaba más, y dudó un instante: creo que me habló del famoso concierto número 5 para piano; pero, al final, como quien revela un secreto inconfesable, añadió:
—Lo que pasa es que yo no sintonizo con Beethoven. Supongo que es un genio, pero no consigo llegar hasta él. Es demasiado moderno para mí. Me he quedado en Mozart.
Pensé entonces que aquel chaval era un tipo singular, pero, desde entonces, tuvimos largas conversaciones sobre música. Y, cuando llegábamos a Beethoven, los dos bromeábamos sobre esa falta de “sintonía”, y concluíamos que la culpa no era de mi amigo sino del inefable sordo alemán.
Esta mañana me he encontrado con una chica de mi colegio que acaba de terminar primero de bachillerato. Le he preguntado por las notas y por sus planes de vacaciones. Al final hemos hablado del tema del día: la muerte del “rey del pop”.
—¿Le gustaba Michael Jackson?
Por un momento he sentido la tentación de quedar como un cura guay y enrollado . Acababa de oír por la radio un montón de canciones del "genio" en cuestión y podía hacer un alarde de erudición jacksoniana, pero ¿para qué fingir? Me he acordado de Beethoven.
—No sintonizo con él. Soy demasiado viejo. Yo me he quedado en Mozart.
No me llaméis "blog". Soy un globo que vuela a su aire, se renueva cada día y admite toda clase de pasajeros con tal que sean respetuosos y educados, y cuiden la ortografía. Me pilota desde hace algunos años un cura que trata de escribir con sentido sobrenatural, con sentido común y a veces con sentido del humor.
domingo, 28 de junio de 2009
Michael Jackson
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7 comentarios:
Sorprendente.
Saludos D.Enrique.
No sé que comentarle. Pero le mando un abrazo.
Jose.
Simplemente genial, aplausos, gracias yo también me debí quedar en Mozart.
A mí tampoco me gustaba, qué le vamos a hacer...
Pues yo sintonizo con sumúsica y con muchas de sus letras pero no con su personaje ni con sus fans
Deben ser cosas de la edad...
Sintonizar,,, no, no sintonizo con Michael Jackson.
Pero gracias a él recibí una de las mayores GRACIAS, que he recibido de Dios.
Según se iba volviendo blanco se me hacía más y más repugnante, y Dios me hizo ver que yo era igual que él, que iba de blanco cuando en realidad era negro. Si, exactamente eso. Yo sabía que cometía pecados (como todo el mundo) pero no me reconocía pecador.
Desde entonces rezo por M. Jackson todos los días y doy gracias a Dios.
Mi hija de 8 ños está obsesionada con Michael Jackson. Ella es muy marchosa y quiere ser The Queen of Pop. Así que hubo que explicarle....
A mi me ha gustado siempre su música. Me impresiona la menara de moverse tan precisa que ha conseguido. Y me hace gracia su manerismo al hablar y presentarse en público. Ahora, en su vida privada me da una pena terrible, pues no ha sabido madurar, y le han dado palos por todos lados. El dinero y la envidia, la soberbia, y el descontrol.... Qué dificil es ser famoso sin volverse un egocéntrico!!! Y a mi hija Dios quiera que se le pase la racha.
Un texto digno de Premio Nacional de Letras.
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