sábado, 18 de agosto de 2012

Andrés Ollero y el aborto


Con el título "El acoso a Andrés Ollero", Francisco J. Contreras, publica en el ABC de Sevilla este espléndido artículo que reproduzco.
Me encantaría comentarlo; pero temo que no sería capaz de aguantar las ganas de reírme un poco de estos nuevos censores que han surgido en nombre del progreso. Pobre gente: desde que se les cayó el muro de Berlín y les golpeo el cráneo, van dando tumbos por el ring. Ya sólo les queda el laicismo fundamentalista para justificar su presencia en la vida pública.

 Andrés Ollero
Al trascender que será Andrés Ollero el encargado de redactar la ponencia del Tribunal Constitucional sobre el recurso contra la ley del aborto, se ha desencadenado una tormenta de declaraciones en la que dirigentes de PSOE, IU y grupos feministas exigen que el nuevo magistrado se inhiba. Alegan para ello dos razones: sus conocidas opiniones antiabortistas (que le impedirían “ser imparcial”), y su pertenencia al Opus Dei. Ya hace unas semanas, el líder socialista Tomás Gómez había propuesto (cita textual) “elevar a rango de ley que personas que pertenezcan a pseudosectas como el Opus Dei no puedan ocupar responsabilidades públicas”. Propongo al PSOE un método de acreditada eficacia, ya utilizado en los años 30 para proteger a la sociedad de la peligrosa influencia de otra “pseudosecta”: se cose a la vestimenta una estrella amarilla (en este caso, podría ser una efigie de Escrivá de Balaguer), y así ya no podrá colarse ningún sectario más en el Tribunal Constitucional. Y a los antiabortistas que no somos del Opus, nos podrían coser la imagen de un feto. Unos y otros deberíamos ser excluidos de cualquier posición pública (diputados, médicos, docentes…) donde se debata sobre el aborto. Pues, está claro, “no somos imparciales”.
 
Ollero no puede ser imparcial, aducen los críticos, porque son conocidas sus opiniones sobre el tema. ¿De verdad creen que los demás miembros del TC carecen de opinión sobre el aborto, la hayan expresado por escrito o no? El del aborto es uno de los grandes debates morales de nuestro tiempo: toda persona mínimamente cultivada tiene una posición al respecto. Pero la izquierda está tan segura de su hegemonía cultural que se autoinviste árbitro de la racionalidad, reservando la denominación de “opiniones” sólo para las distintas de las suyas. La derecha tiene “opiniones” (casi siempre “extremas”, “prejuiciosas”, “propias de ayatolás”: los tres calificativos han salido a relucir estos días en los ataques a Ollero). Las tesis de la izquierda, en cambio, no son opiniones, sino “derechos”, “avances sociales” y “exigencias de justicia”.
 
La insistencia en la adscripción católica del magistrado –como supuesto factor inhabilitador- me parece especialmente inquietante, pues confirma que, cada vez más, se trata a los creyentes como ciudadanos de segunda. El corolario implícito es: “Ollero va a fallar contra la ley del aborto porque es católico; estará, por tanto, imponiendo su fe a los demás”. Quien dice esto olvida que también él/ella tiene una “fe” (es decir, una cosmovisión, unas creencias sobre el sentido de la vida), y que su posición sobre el aborto estará tan influida por sus convicciones materialistas como lo puedan estar las del creyente religioso por sus creencias teístas.
 
Más importante: el bando abortista plantea las cosas como si sólo fuera posible discrepar del aborto libre en base a dogmas de fe (es decir, a “supersticiones”). Sin embargo, desafío a quien quiera a que encuentre un solo argumento religioso en las muchas páginas que el profesor Ollero ha escrito sobre el tema: una sola cita evangélica, una sola encíclica. Sí encontrará, en cambio, consideraciones racionales –comprensibles por cualquiera, con independencia de cuál sea su posición religiosa- sobre la problemática constitucionalidad del aborto libre en un país cuya Constitución proclama que “todos tienen derecho a la vida”. Argumentos jurídicos, filosóficos y científicos sobre por qué debe entenderse que este “todos” no puede sino abarcar a todos los miembros de la especie humana, incluidos los pequeñitos que dependen provisionalmente del organismo materno (¿desde cuándo el tamaño o el estado de dependencia excluyen a alguien de la especie?; ¿es menos humano un bebé que un baloncestista, o un tetrapléjico que Usain Bolt?).
 
Sí, es cierto que la Iglesia condena el aborto. También condena los atentados con bomba y la violación. ¿No deberían nuestros laicistas proponer la legalización de ambas cosas (si de lo que se trata es de desmarcarse a toda costa de la doctrina católica)? ¿Qué culpa tiene la Iglesia de proponer una moral razonable? Si tuviéramos que excluir de nuestras leyes todos los preceptos morales que históricamente tuvieron un origen religioso, ¿qué quedaría de ellas?
 
Andrés Ollero es un iusfilósofo de renombre internacional, con libros traducidos a varios idiomas. Es también un experto en jurisprudencia constitucional, como demuestran sus publicaciones. Y es un jurista serio que ―a diferencia de tanto “progresista” avezado en el “uso alternativo del Derecho”― sabe distinguir entre lo que la ley dice efectivamente y lo que a él le gustaría que dijera. Se está intentando reeditar el caso Buttiglione (rechazo a un candidato italiano –técnicamente muy competente― a la Comisión Europea, en 2005, exclusivamente por su condición de católico). Si el intento triunfa, tendríamos la confirmación definitiva de que la izquierda tiene en España el monopolio de la definición de lo decente, lo razonable, lo admisible y lo inadmisible. Y de que todos los demás sobramos.
 

12 comentarios:

yomisma dijo...

Con los socialistas estamos perdidos: son ellos los que deciden qué es y qué no es una secta? Y ademas a estos no se les pueden dar cargos públicos. Pero a los que durante una década se han dedicado a arruinar al pais (no precisamente a la publicación), hasta el punto en el que se halla, a esos se les da posiciones de mas responsabilidad no solo en el partido si no a nivel nacional. "ah, pero es que Rubalcaba no pertenece a ninguna secta".Para mi que vamos a meter en la ley de sectas a los que son unos CHORIZOS. Y que no vuelvan a abrir el pico en política, ni se les pague un sueldo vitalicio con dinero de las víctimas.

Papathoma dijo...

No hace mucho una amiga mía, testigo de Jehová, me preguntó qué era el Opus Dei. Reconozco que en su caso no sabía muy bien qué decir y empecé: "es una Institución de la Iglesia Católica...", ahí me interrumpió muerta de risa y me dijo: "hombre, eso ya lo sé!" a lo que no pude menos que contestarle: "pues ya sabes más que muchos de mis amigos católicos."
El resto fue una conversación personal y muy bonita que no reproduciré, salvo que también me hizo saber el inmenso respeto que tenía a la figura del Papa, especialmente a JPII que es a quien mejor pudo conocer. Me decía que era una autoridad moral indiscutible y que se le debía respeto aún cuando no sé fuera creyente.

Anónimo dijo...

Me parece una gran idea la de D. Tomás Gómez. Y propongo una mejora: "Elevar a rango de Ley que personas imbéciles no puedan ocupar responsabilidades públicas". Estoy seguro que sería el primer paso de verdad para salir de la crisis.

Cordelia dijo...

En caso de que no sea aplicable la propuesta de anónimo de las 18:22, que considero casi perfecta, estaría bien que en las seudosectas esas incluyeran los tipos del mandil y el compás (eh, Tomás... Tomás... y no digo más), como Zapatero y tal
Otra posibilidad es que estos tíos declaren públicamente a quienes consideran dignos de vivir y a quienes hay que eliminar, para que queden bien claritas sus intenciones y se den cuenta los infelices que aún les apoyan de qué clase de peligrosos sectarios (esta vez de verdad) son ellos.

Rocio dijo...

No puedo con esta gente,que no son gente,que son gentuza,que diría mi madre.

Anónimo dijo...

Chicas co insulteis,que dejais al curilla mal

Anónimo dijo...

Bajo el nombre de democracia hoy en día, se esconde la tu
Dictadura y el borreguismo.
La receta es muy simple:
-Mucha tele
-Rienda suelta al instinto(come , bebe,y .... sin más límite que tu capacidad física) cada día más animales y menos racionales
Y, por supuesto, negamos la existencia de Dios que nos recuerda que la dignidad humana no se compra y que la libertad le corresponde per se.
De esta crisis no se sale sin Dios y, además, lo saben!
La soberbia humana no nos sacará de ésta.

Alguien dijo...

No es por ser pesimista, pero me da la sensación de que el suelo se hunde bajo.nuestros pies, españa se cae hacia un abismo.
A rezar todo el mundo!! Empezando por mí
mariola

yomisma dijo...

El problema aquí no es de tipo religioso, es la excepción de derechos basada en opciones personales. Si le negaran la posibilidad de cargo publico a este señor por ser socio del Madrid, seria la misma injusticia.

c3po dijo...

Lo malo del tema, querido D. Enrique, no es que "la izquierda" tenga el monopolio de la "supremacía moral".
Lo malo es que algunos medios de comunicación (y no pocos "docentes") todavía se lo creen a pies juntillas.
Y así nos luce el pelo, claro...

Fran dijo...

Aunque es la primera vez que escribo en su blog (o globo como a usted le gusta llamarlo), llevo bastante tiempo siguiéndolo. Me he tomado la libertad de publicar en mi Facebook la entrada de este artículo (espero que no le parezca mal) que creo que es de lo más acertado y real que he leído nunca sobre un tema tan polémico como el que trata. Cuénteme a partir de ahora entre sus seguidores "conocidos".

Alexmima dijo...

De la única forma que la izquierda no se quejaría es que todos los encargados de la decisión pensaran como ellos.