sábado, 5 de abril de 2014

Balance del sabado


Termina otro día intenso y me pongo frente al ordenador para hacer balance. Quizá también para no olvidar del todo los pequeños acontecimientos de un sábado cualquiera.
Estoy en mi casa de Madrid. Pasado mañana comenzaré en La Pililla un curso de retiro, el mío, y dejaré aparcado el globo hasta el sábado por la tarde. El domingo volaré hacia Las Palmas. Allí pasaré la Semana Santa y la Pascua con un  grupo de mujeres.
Entre tanto repaso mi "apretada" agenda madrileña. Soy consciente que aquí estoy de paso. Aparte de las gestiones burocráticas --correos, bancos, papeleo, renta...-- tenía pendientes dos entrevistas. La primera, se ha resuelto sola: bastaba con dejar hablar a la persona que me había citado. Pobre hombre; estaba furioso y tenía sus razones. Su ira se centraba en Dios, la Iglesia, "los curas" y su mujer (por este orden).  Más de una hora de charla. Yo me he limitado a oir y a escuchar frente a un vaso de vino tinto. Al fin la reconciliación ha seguido el orden inverso; primero, su mujer; luego, "los curas", la Iglesia...
La segunda entrevista, con un enfermo, ha sido más breve de lo que me habría gustado, pero nos volveremos a ver antes de salir hacia Canarias.
La tercera no estaba programada. Una mendiga conocida, alcohólica y probablemente esquizofrénica, me ha detenido por la calle para hablar de mil cosas incomprensibles. Me ha pedido un rosario y le he regalado el mío. Lo ha besuqueado cien veces mientras me alejaba.




 

7 comentarios:

Vila dijo...

Le tendré mas presente aún en mis oraciones durante ésta semana de retiro. Y como sé que usted nos tendrá presente también, le doy las gracias por anticipado.

Seguro que le gustará la Pililla.

Juanma Suárez dijo...

A veces sólo hace falta eso: escuchar. En estos tiempos de tanta tecnología, tanta rapidez e inmediatez en todo, tanto silencio delante de una pantalla sin alma, es más necesario que nunca una persona que sea capaz de escuchar (que no "oír").

Don Enrique, no me pregunte por qué, pero me ha emocionado la imagen de la mendiga esquizofrénica besuqueando su rosario. Probablemente en uno de sus momentos de "lucidez" se ha aferrado a lo más sólido que sabe que tiene.

Pedazo de anonimo dijo...

Pater,me ha dado una idea.Voy a comprar muchos rosarios,para empezar de los de un misterio,con la consiguiente explicacion,y a mis mendigos de toda la vida,si,digo muchos años porqué en mi zona no rotan,voy a regalarles el rosario tambien.Cómo me conocen y me tienen cariño pues soy regalona de ropa comida y demas necesidades que puedan tener,hablaremos de la importancia de rezarlo,ellos me escucharan ,yo lo hago con ellos.A lo mejor nunca han tenido entre sus dedos uno.
Estoy haciendo el retiro,y el sacerdote ha centrado los temas todos enfocandolos en la caridad.
Los acompañare con un buen pollo.

Alejandra dijo...

Quiero agradecer a D.Enrique el haber conocido virtualmente a Raquel, del blog Caminando, un almica de Dios.
Gracias también D.Enrique por el ejemplo que da, con y sin palabras. Como decía mi padre, este blog tiene mucha enjundia
(en su tercera acepción, la RAE la define como "Parte más sustanciosa e importante de algo no material").Poco a poco nos va mostrando el camino, sobre todo si leemos entre líneas...
Ah, y gracias a todo el mundo!, mis males se resumen en un mal diagnóstico. Gracias a Dios que hay, además de incompetentes que se libran por los pelos de una demanda, gente que sabe lo que se hace. Dios os bendiga a tod@s.
(Si se acuerda de mí, D.Enrique en su retiro, en sus oraciones cámbieme por mis hijos, Pablo y Chete, que las necesitan mucho más. MIL gracias!)

Papathoma dijo...

Bendito sea.
Mejor no cuento mi sábado...ni lo que va de domingo. Me queda la esperanza de que Dios sepa qué hacer con ello. Va por ustedes.

Merche dijo...

¡Vaya susto que habrás pasado, Alejandra. Menos mal que ha quedado en eso, un susto y nada más! Ahora a respirar hondo y encomendar a los del mal diagnóstico, para que no vuelvan a hacerlo. Un beso.

Fernando Q. dijo...

bien Alejandra, gracias a Dios.

mal diagóstico o milagro. Con la de gente que nos cuida allí arriba, es para planteárselo, no?

Don Enrique, estos pobres con entendimiento distorsionado merecen toda la compasión y que Dios los ilumine cuando Él disponga.