No
calificar ni descalificar a nadie por lo que piense o diga. Lo mío es sólo escuchar
y volver a escuchar; entender y tratar de entender una y cien veces. Llamaré “error”
al error, pero sin hacer juicios de valor sobre el que yerra.
Pedir
a los que me rodean que me adviertan si alguna vez no cumplo este propósito.
Dar
la mejor interpretación posible a la conducta de los demás. Pensar bien de mis
amigos y de mis enemigos. Así acertaré
más veces. Y si me equivoco, más vale ser ingenuo que malévolo.
Si
no me entienden es porque me explico mal no porque los demás sean cretinos.
Repetir es buscar palabras nuevas, no gritar como si fuese sordo el que escucha.
Al
hacer examen de conciencia cada noche, preguntarme: ¿qué he aprendido hoy de
los demás? Y si no encuentro nada, pedir al Espíritu Santo que me cure la
sordera.
Seguir
escribiendo en el blog estos propósitos cotidianos…, aunque no todos.
8 comentarios:
Resumiendo: mirar a todos a través de los ojos de Jesús.
Ainch.... Me parecen buenísimos propósitos.
Don Enrique, ¿se los puedo "robar"?
Yo creo que la mayoría de estos propósitos suyos son los que me hago yo casi todos los días cuando "navego" por las redes sociales, y reconozco que muchas veces no los cumplo...
gracias Padre!
Es precioso el texto ....pero sinceramente yo con tantos propósitos me agobio:"despacito y buena letra(no me acuerdo como seguía la frase de Sta Teresa)
"Despacito y buena letra, que el hacer las cosas bien importa más que el hacerlas" (Antonio Machado)
ayyy gracias !!!! y yo pensando q era Sta Teresa!!! me ha pasado por chula!!!!
Muy buena enseñanza, ¡cuánto tengo que aprender de la gente!
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