Sobre la Encíclica
Mi androide de protocolo C3po ha
comenzado a pensar por su cuenta y, consciente de que soy ornitómano de toda la vida, me lanza el siguiente mensaje:
Me ha extrañado mucho que no haya colgado
del globo ningún comentario sobre la encíclica más pajarera de la historia.
Este fin de semana, mientras contemplaba las
evoluciones de los visitantes del bebedero, no podía más que acordarme de
algunos pasajes de la encíclica y, al final, casi me pongo yo también a cantar.
El mirlo, el escribano soteño (y su señora), el
carbonero, el pardillo, los gorriones, el milano y la calzada, el verderón y el
verdecillo, el alcaudón y la tórtola (europea, ojo), la torcaz y el cernícalo,
cada uno a su manera, daban gloria a Dios... y, de paso, se daban unos baños
que daba gloria verlos.
Y me acordé de usted, y de todos los ornitómanos
que en el mundo andamos.
¿Nos alegrará las pajarillas con algún artículo
de altos vuelos?Laudato
si'
Es
evidente que, para un robot, supone un paso importante el descubrimiento de las
avecillas del bosque y la contemplación de la naturaleza.
Tienes razón, amigo androide, Laudato si’ es una encíclica pajarera; pero me temo que la mayor
parte de sus comentaristas se han
quedado en los pájaros y no se han percatado de que el Papa va mucho más lejos.
Un conocido escritor de sacristía, hablaba
ayer de la Encíclica en su blog de cotilleos clericales, y afirmaba:
“Es posible que no llegue a leerla porque
el tema no me apasiona. Para apagar la luz, cerrar el grifo, no tirar botellas
al campo, plásticos al mar o reciclar la basura no necesito que el Papa me lo
diga. Ya me había enterado”.
—No, amigo. No te has
enterado de casi nada.
9 comentarios:
Sí, tiene usted mucha razón. Siempre hay gente (pobre gente) que cuando el sabio señala la luna... se queda mirando el dedo. O descubren un rábano y no saben ni por dónde cogerlo. Desprecian cuanto ignoran, que es una de las formas más tristes de ser pobres.
Ya estoy terminando de leerla y cada día la disfruto más. Y no deja de sorprenderme. La encíclica lo abarca todo, porque la creación es precisamente eso: todo. Y todo ha salido bueno de las manos de Dios.
Lo que ocurre es que, como decía San Josemaría, son los hombres y algunos androides (esto es de mi cosecha) los que lo hacemos feo por el pecado.
Lo dicho: Laudato si'
10. Bendiga la tierra al Señor:
alábele y ensálcele por siempre.
11. Bendecid al Señor, montes y collados:
todas las cosas que germinan en la tierra,
bendecid al Señor.
12. Bendecid al Señor, mares y nos:
fuentes, bendecid al Señor.
13. Bendecid al Señor,
ballenas y todo lo que vive en el mar:
todas las aves del cielo, bendecid al Señor.
14. Bendecid al Señor, todos los animales y ganados:
bendecid, hijos de los hombres, al Señor.
15. Bendice, Israel al Señor:
alabadle y ensalzadle por siempre.
(...)
17. Bendecid al Señor, espíritus y almas de los justos:
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
(...)
20. Bendito eres en el firmamento del cielo:
y loable y glorioso por siempre
Me parece que va de Esto,¿ no?
Hola,
Quiero llamar tu atención a esta importante petición que acabo de firmar:
"Petizione del Papa per una ecologia humana"
http://www.thecallofpopefrancis.org/es
De verdad creo que es una causa importante, y me gustaría animarte a añadir también tu firma. Es gratis y sólo necesitas unos segundos de tu tiempo.
¡Gracias!
¿Qué hacer sino rezar por los que no se entrran, para que se enteren?
El Papa me ha hecho entender la realidad del problema y no del slogan. Dios y su creación se han visto maltratadas por nosotros. Pidamos perdón
Yo estoy esperando con cierto sentido de prisa leer la encíclica. El Papa tiene mucho que decirnos en ella, por lo que he leído en alguna reseña.
Lo han conseguido entre todos: me he descargado la encíclica en formato pdf y ya he empezado a leerla. Asequible y sorprendente tanto para los ecologistas como para los que se rasgan las vestiduras porque un papa se dedique a hablar de "estos" temas. (Pero...¿sabrán de lo que habla? Insisto: sorprendente)
La verdad no la leí entera, empieza bien hablando de: nuestra madre tierra y como hemos de cuidarla porque es cuidar de nosotros mismos. Adiosle
¡Qué maravillosa certeza es que la vida de cada persona no se pierde en un desesperante caos, en un mundo regido por la pura casualidad o por ciclos que se repiten sin sentido! El Creador puede decir a cada uno de nosotros: «Antes que te formaras en el seno de tu madre, yo te conocía» ( Jr 1,5). Fuimos concebidos en el corazón de Dios, y por eso «cada uno de nosotros es el fruto de un pensamiento de Dios. Cada uno de nosotros es querido, cada uno es amado, cada uno es necesario»[39].
De la encíclica. Precioso!
Querido don Enrique:
¿recuerda aquella acuarela de "Phoenicopterus ruber" que hace la tira de años le regaló un chiquillo muy angustiado al que usted ayudó mucho? Era la época de la residencia de la calle Castelló. Nunca le he olvidado y leo su prosa con gusto y asiduidad.
Gracias, don Enrique. Le dejo aquí el enlace de mi blog, para que sepa algo de mí y de mi trabajo:
https://mividaenelaula.blogspot.com.es/
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