sábado, 25 de agosto de 2007

Confesiones en el día de San Bartolomé



Ayer fue San Bartolomé, patrono de mi pueblo, o sea, de Negurigane.

Un día de San Bartolomé fumé mi primer pitillo. La culpa fue de un amigo o quizá de mi primo, que tenía una cajetilla de tabaco rubio en la que había pintado un elefante que sujetaba el cigarro con la trompa. Me explicaron que había que tragarse el humo. Lo hice y por poco me muero.

Un día de San Bartolomé pusieron la imagen que hay en la ermita. El santo llevaba en la mano un cuchillo, y mi hermano y yo decidimos quitárselo, más que nada para ver cómo era. Nunca habría imaginado que el cuchillo y la mano estuvieran tan sólidamente unidos. Le rompimos un dedo. Aunque mis recuerdos son confusos, me temo que el crimen quedó impune.

Un día de San Bartolomé conocí a Gorín, enterrador del pueblo y tan feo que ganó el primer premio en el concurso de feos de España. Salió en la tele y todo. Gorín estuvo casado y tuvo un hijo, “un niño azul”, decía con orgullo, que pesó cinco kilos y murió en el parto. Pero esta es otra historia que está esperando a un Delibes que la cuente.

Un día de San Bartolomé me comí entero un helado de cinco pesetas, tan grande que todavía me dura la indigestión. Luego me monté en la noria y agarré un mareo considerable.

Un día de San Bartolomé, don Salvador Gana, que había venido a celebrar la Misa solemne en la ermita, me dijo que yo acabaría siendo cura. Don Salvador era un sacerdote corpulento y paternal, un predicador de la vieja escuela que a mí me impresionaba. No sé lo que pensé aquel día. Pasados los años le escribí una carta para comunicarle mi ordenación sacerdotal y para invitarle a mi primera Misa. Su respuesta, larga y emocionada, era tan solemne como el más florido de sus sermones.

A San Bartolomé le tengo una particular devoción porque Jesús lo pescó cuando estaba debajo de una higuera. Yo también estaba en la higuera cuando el Señor me llamó.

10 comentarios:

Juanan dijo...

Qué grande.

Marita dijo...

Teníamos una aldena del pueblo que se llamaba Narcisa, nos cuidaba de pequeños y cuando había tormentas le rezábamos a San Bartolomé, a ver si me acuerdo:
San Bartolomé se levantó, piés y manos se lavó: Bartolomé ¿a dónde vas?, Señor contigo voy y contigo iré y en la casa que tres veces me rezaran no caerán ni rayos ni centellas ni morirá la mujer de parto ni la señora de espanto. Algo así, luego rezábamos un rato y seguíamos jugando o nos íbamos a la
cama. Si alguien se lo sabe entero, por favor que nos lo cuente.

Enrique Monasterio dijo...

A mi esa oración ni me suena.

E. G-Máiquez dijo...

Muy bueno lo de las higueras...

Lucía dijo...

Si es cuestión de estar en la higuera,puede llamar a muchos

Marita dijo...

Que raro, pero no era aldena, sino aldeana.

Anónimo dijo...

Pues es mi apóstol favorito, en dura lid con San Pedro. ¡Esa frescura de dudar que de Nazaret pudiese salir algo bueno! (Intentaré acordarme cuando dude de que de León pueda salir algo bueno...) Y esa rendición incondicional cuando se sintió reconocido por el Absoluto... ¡Tan humano!

Amaia dijo...

Hoy han terminado las fiestas de San Bartolomé de Negurigane. Llego rota de tanta celebración. Hoy día del XLII certamen de Marmitako con un calor humedísimo, montones de niños en la cuadrilla, barracas, deporte rural, cánticos varios....ha sido el último de cuatro intensísimos días. No puedo con mi alma, pero un año más ha merecido la pena.
Una noche de San Bartolomé de hace 10 años conocí al que hoy es mi marido y un sacerdote al que todos aquí leemos de vez en cuando fue testigo de excepción en nuestra boda.
No has contado (si no me equivoco) que también hiciste algún año el programa festivo con ilustraciones incluídas. ¡Yo he visto uno!
Tengo las ideas muy desordenadas debido al cansancio, pero creo que básicamente era esto lo que quería aportar. Tarde, ya sé, pero las fiestas del barrio no perdonan...

Enrique Monasterio dijo...

Ya había olvidado lo de las "ilustraciones"; pero sí, es cierto que hice unos dibujos para el programa de festejos

Un beso, Aamaia

Cristian dijo...

Y no es para menos con todo lo que ha recordado de el día de san Bartolomé. Bendiciones-