En “la esfera y la cruz” Chesterton cuenta un diálogo singular entre dos personajes no menos singulares: el profesor Lucifer y el monje Miguel. Los dos viajan juntos en avión, y, al sobrevolar la catedral de Londres, el profesor profiere una blasfemia contra la cruz.
—Me pregunto si esta blasfemia te ayuda en algo —le responde el monje—.
Y, a continuación añade:
—Permíteme que te cuente una historia:
"Conocí a un hombre como tú; él también odiaba al crucifijo: lo eliminó de su casa, del cuello de su mujer, hasta de los cuadros; decía que era feo, símbolo de barbarie, contrario al gozo y a la vida. Pero su furia llegó a más todavía: un día trepó al campanario de una iglesia, arrancó la cruz y la arrojó desde lo alto.
Este odio acabó transformándose primero en delirio y después en locura furiosa. Una tarde de verano se detuvo ante una larguísima empalizada; no brillaba ninguna luz, no se movía ni una hoja, pero creyó ver la larga empalizada transformada en un ejército de cruces, unidas entre sí colina arriba y valle abajo. Entonces, blandiendo el bastón, arremetió contra la empalizada, como contra un batallón enemigo.
A lo largo de todo el camino fue destrozando y arrancando los palos que encontraba a su paso. Odiaba la cruz, y cada palo era para él una cruz. Al llegar a casa seguía viendo cruces por todas partes, pateó los muebles, les prendió fuego, y a la mañana siguiente lo encontraron cadáver en el río. "
El profesor Lucifer, al oír el relato, mordiéndose los labios, mira al anciano monje y le dice:
—Esta historia te la has inventado tú.
—Sí, responde Miguel, acabo de inventarla; pero expresa muy bien lo que estáis haciendo tú y tus amigos incrédulos. Comenzáis por despedazar la cruz y termináis por destruir el mundo.
Esta mañana, al regresar de Misa, he vuelto a recordar esta historia. Hoy, en Madrid, se han encendido las luces de la Navidad. Mañana empieza el Adviento. Es un tiempo de esperanza, a pesar de todo.
No me llaméis "blog". Soy un globo que vuela a su aire, se renueva cada día y admite toda clase de pasajeros con tal que sean respetuosos y educados, y cuiden la ortografía. Me pilota desde hace algunos años un cura que trata de escribir con sentido sobrenatural, con sentido común y a veces con sentido del humor.
sábado, 29 de noviembre de 2008
La esfera y la cruz
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5 comentarios:
Yo estos días estoy rezando muchas veces esta oración a Cristo Crucificado, que siempre me ha acercado mucho a El:
No me mueve, mi Dios, para quererte,el cielo que me tienes prometido, ni me mueve el infierno tan temido para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor, muéveme el verte clavado en esa cruz y escarnecido,muéveme el ver tu cuerpo tan herido, muévenme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor de tal manera,que, aunque no hubiera cielo yo te amara y aunque no hubiera infierno te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera; porque, aunque lo que espero no esperara, lo mismo que te quiero, te quisiera.
Rosamaría, eso no es (sólo) una oración, es un grandísimo poema anónimo de nuestro Siglo de Oro.
Me entusiasma Chesterton, así que he seguido su entrada con entusiasmo. Y el final es justamente lo que siento yo.
La crisis actual -que la llaman económica- tiene su origen en una crisis de falta de Valores, es decir, de una falta de Dios, a Quien esta sociedad se lo está intentando quitar de encima desde hace más de treinta años ¿Mayo del 68?
Claro que Dios molesta cuando tu conciencia te dice que no gastes en esto, cuando para educar bien a tus hijos debes decirles no en vez de sí, cuando no debes callar al ver una injusticia,.....en fín, y en un montón de situaciones en que nuestra civilización ha optado por mirar para otro lado.
Algo que no hicieron las generaciones inmediatamente anteriores a las que hoy componemos la sociedad, que dieron la cara trabajando muy duro para sacar al mundo adelante después de dos guerras mundiales y la civil española.
Pero siempre contaron con la colaboración de Dios.
¡Que envidia de los EEUU, cuando les oyes decir a todos que Dios bendiga a América!
La Cruz, como ha dicho el Cardenal Rouco es Libertad. No hay que rehuirla aunque cueste llevarla.
Estoy convencido que esa misma Cruz que hoy nos quieren quitar nuestros gobernantes nos llevará- aunque ellos no lo quieran- a una sociedad, mucho más justa que la que hoy tenemos y a la que ellos nos han llevado.
Tan solo se me ocurre añadir la frase de San Alfonso María de Ligorio: "Quien no se enamora de Dios contemplando a Jesús crucificado, no se enamorará jamás".
Hola, hola:
Ese Chesterton decía cosas interesantes. A Rocío le gusta mucho y hasta ahora todo lo que me ha aconsejado me ha gustado mucho (lo último KK de Guerlain) . Seguro que es bueno. Creo que debería leer algo escrito por él...
Bueno, a lo que venía, que mañana comienza la novena y sólo quería pedirle que nos encomiende a todos los que se le ocurra y a mi también.
Mi "equipo de trabajo" también le encomendará. Y a su blog, y a Homero y a Kloster y miscellaneus ...
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