martes, 18 de noviembre de 2008

Lágrimas de 17 años


Nadie pidió a Jesús que resucitase al hijo de la viuda de Naím. Cuando el cortejo fúnebre se cruzó con el Maestro en las afueras de la ciudad, ni la madre del muchacho ni sus acompañantes sabían todavía quién era el Señor.

Sin embargo se hizo el milagro. El Omnipotente se sintió vencido por aquellas lágrimas; no pudo resistirse al llanto sin consuelo de una mujer. Por eso, antes incluso de acercarse al cadáver, se llegó a la viuda y le dijo:

—No llores.

Hoy en el colegio he recordado esta historia. También yo he dicho las palabras de Jesús:

—No llores, María; Dios, que es Padre, se ha llevado a Álvaro porque estaba preparado para el Cielo. Tú conseguiste darle estabilidad y madurez. Aprendió a amar queriéndote a ti…

No sé qué más pude añadir: que rezaríamos todos por él… Pero María no dejó de llorar en toda la mañana. Eran las primeras lágrimas auténticas y amargas de una niña que ha perdido a su novio porque lo han matado a las puertas de una discoteca.



15 comentarios:

Altea dijo...

Glub!

Enrique Monasterio dijo...

Acabo de rechazar tres comentarios. Entendedme, no quiero convertir éste post en lo que no es. No es el momento de expresar la indignación ni el deseo de "justicia" o de venganza.

Orisson dijo...

Increíble lo que contaba ayer en la Cope Perteguer, el director del Monte Tabor, sobre la madre del muerto: viuda, profundamente católica, sin ningún tipo de rencor y con total confianza en Dios y, precisamente, en lo que usted dice, don Enrique: que se lo ha llevado en el mejor momento.

Un saludo

Unknown dijo...

que grandeza de corazón hay que tener para entender que quien uno quiere partio ya que era el mejor momento para estar junto a Dios en el cielo ... y sobre todo si es un joven cito que tenia toda la vida por delante ...

Lucía dijo...

Yo también oí las palabras de la madre, que además se quedó viuda hace dos años y es un ejemplo en el modo de aceptar esas muertes.A María le queda el consuelo de que ella seguramente le había ayudado a estar en su mejor momento.Y a su madre tambien.

Bernardo dijo...

Brevemente. Como bien dice don Enrique, Dios es Padre y no hay mayor consuelo y sosiego en esta vida. Que después de las penurias y el dolor, nos espera con los brazos abiertos.

Luis y Mª Jesús dijo...

el dolor de esa niña por la muerte de ese chico durará un par de meses, no así el de los padres. Luis

Juanan dijo...

Estas cosas a uno le parten el alma...

Menos mal que hay esperanza (Esperanza).

Conrad López dijo...

Luis, no tiene por qué ser tan sencillo como lo pintas. No se que habría entre María y Alvaro, pero si recuerdo muy bien con qué intensidad se sienten estas cosas a esa edad.

Por otro lado, el padre de Alvaro murió hace tres años, y su madre (que, de seguro, no podrá cerrar esta herida nunca) es fuerte y vive de la esperanza y la certeza de la vida en Cristo. No es lo mismo, no.

En fin, un cachito de corazón para las mujeres de Alvaro y mi oración para él.

Descanse en paz.

Anónimo dijo...

En esos terribles momentos sólo se puede acompañar, rezar, queres y estar ahí junto a la madre, los hermanos, la novia...al lado de la gente que sufre.Pero¡qué importante es la presencia de los seres queridos, cómo reconforta y sostiene la comunión de los santos!

Anónimo dijo...

Querido Luis, a quien tanto admiro. No estoy en absoluto de acuerdo con tu comentario. Aunque sé que no es tu intención, de hecho, banaliza el amor de esa niña. Y, aunque sé que ella, probablemente, se recuperará y recompondrá su corazón (cosa que los padres de Álvaro malamente podrán hacer) en poco tiempo, ahora lo tiene "partío" y lo que no tiene es la madurez de los padres para tragarse esa hiel.

Luis y Mª Jesús dijo...

Seneka y Pablo... soy un bruto

Andrés Cárdenas M. dijo...

María debe estar destrozada. Yo no podría aguantarlo; a mis 16 años tal vez hubiera perdido el sentido de mi vida. Muy difícil entenderlo. Va a llorar mucho. Ayúdele a verlo sobrenaturalmente D. Enrique.

Adaldrida dijo...

Qué horror... digo no, qué maravilla que haya alguien que pueda hablar como usted en estos momentos.

Orisson dijo...

Juanan, estoy de acuerdo contigo si, al poner Esperanza con mayúscula, te refieres a la virtud teologal. Porque no creo que estés metiendo a la política en esto, ¿verdad? Seguro que piensas, igual que yo, que es demasiado profundo y demasiado grande como para mancharlo con la mugre terrena.

Un saludo