Hoy Dios nos habla de sí mismo. Nos revela que es Padre para que aprendamos a vivir como hijos suyos. Nos revela que es Hijo para que comprendamos que en Él tenemos un hermano y un Amigo. Y nos revela que es Espíritu Santo, que es Amor escondido, capaz de vivir en lo más íntimo de nuestro ser, para que nos dejemos amar por Él.
Dios es el alma de nuestra alma, el corazón de nuestro corazón, el centro de nuestro centro.
Me decía hace poco una empleada del hogar:
—Le advierto que yo soy muy mala, muy mal bicho. Tengo muy mala idea…
Y al ver que me reía porque la conozco bien, insistió:
—De verdad. Soy capaz de cualquier burrada, hasta de clavarle un cuchillo por la espalda. En el fondo, fondo, soy terrible.
—Pues mira más al fondo todavía —le contesté—, y descubrirás allí al Espíritu Santo que es quien te hace ser tan sincera. Con una persona tan mala como tú yo voy al fin del mundo.
No me llaméis "blog". Soy un globo que vuela a su aire, se renueva cada día y admite toda clase de pasajeros con tal que sean respetuosos y educados, y cuiden la ortografía. Me pilota desde hace algunos años un cura que trata de escribir con sentido sobrenatural, con sentido común y a veces con sentido del humor.
domingo, 7 de junio de 2009
Fiesta de la Santísima Trinidad
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4 comentarios:
Qué anécdota tan bonita don Enrique, porque la verdad es que el Espíritu Santo obra cada día milagros en nuestra vida...
La verdad es que la anécdota es muy animante. Gracias por contarla.
Saber reconocer que se es mal bicho, o sea, ser sincera con una misma, es todo para poder cambiar y mejorar.
¡Buen día!
¡Qué bien valoraba y qué bonita le parecía a Jesús la sencillez, decir las cosas como son! Gracias D.Enrique
Me parece muy reveladora, gracias, D. Enrique, me gusta recordar que hay gente capáz de recordar y de aceptar sus defectos, yo misma, soy incapáz.
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