Me gustaría glosar los comentarios que aparecen en cada post, responder a las preguntas que suelen quedar en el aire, sacar punta a vuestras observaciones, casi siempre atinadas y sugerentes. Pero resulta que estoy en Riaza: la línea que me conecta a internet es pésima y oscilante: a veces parece que se acelera y, de pronto, me encuentro desconectado sin saber por qué. Subir una fotografía al blog puede ser más trabajoso que escalar una de las montañas que me rodean.
Además, Kloster, mi psiquiatra de cabecera, me ha recomendado que me someta periódicamente al tratamiento antineurosis que él mismo inventó: me refiero a la ornitoterapia.
Según Kloster, cuando uno se encuentra cansado o deprimido, tenso o irritado, con ganas de asesinar políticos en activo o de invadir Andorra con carros de combate, es necesario cumplir la recomendación evangélica: "mirad las aves del Cielo". Una buena excursión en busca de rapaces o un paseo por el bosque para ver fringílidos contribuye a devolvernos la cordura y a aplacar nuestros malos instintos. Y el tratamiento no tiene contraindicaciones ni hace daño al estómago.
Por eso, en cuando termine de escribir esta bobada, la programaré para que salga de madrugada y me iré al campo con los prismáticos al cuello.
Es posible que no vea nada interesante, pero el buen ornitómano no se desanima jamás.
No me llaméis "blog". Soy un globo que vuela a su aire, se renueva cada día y admite toda clase de pasajeros con tal que sean respetuosos y educados, y cuiden la ortografía. Me pilota desde hace algunos años un cura que trata de escribir con sentido sobrenatural, con sentido común y a veces con sentido del humor.
jueves, 11 de junio de 2009
La ornitoterapia
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12 comentarios:
D. Enrique:
Le ha desaparecido el reloj.
De seguro que es un efecto secundario de la ornitoterapia -explicación bastante menos materialista que achacarlo a la escasa efectividad de la línea de internet-
¡Decidido!
Primera ley de la ornitoterapia:
- No hay relojes.
(= No hay tiepo = El tiempo no existe o se expande, da de si proporcionando un parentesis...)
Parece adecuado ¿verdad?
Oiga, qué buena terapia ésa...no sabía yo que aplacaba esos males...la empezaré a poner por obra...
Bueno, si no aparecen los páridos y fingílidos, siempre le queda la posibilidad de pichar en este enlace y ver lo que pillamos algunos con la misma terapia. Un saludo y que tenga Vd. mucha suerte, viento de cara y el sol a la espalda.
Feliz día del Corpus!
Gracias por decir que le gustaría poder responder a las preguntas de los comentarios.
...no se desanima jamás.
Caramba con los ornitómanos.
Mirad las aves del cielo...es el evangelio que elegimos para nuestra boda; el domingo hará 23 años.
Le pido una oración para que sigamos fiándonos y aprendamos a no desanimarnos pese a que veces no veamos ni un pajarito siquiera.
Gracias, Don Enrique.
No esta mal esto de los pajaros.Cuando era mas joven (todavia) aprendi en los campamentos de Gredos a ser Aguilas ,a volar alto con grandes ideales , este ano despues de unos cuantos despistada volvi a encontrarme con Dios, cada vez que me confieso ,cada vez que rezo pienso "hoy me pongo las alas y empiezo a volar".
Hola D. Enrique: descanse todo lo pueda pero no se olvide de rezar por mi...
Nunca se había ocurrido utilizar esa terapia, pero, dado lo que se ve a ras de suelo, creo que voy a empezar a hacerlo.
Ahora que lo pienso mejor, quizá llevo tanto tiempo entrando en este blog porque es como mirar hacia arriba, a los pájaros.
Como buen ornitómano que es, D. Enrique, usted no se desanime jamás.
Por cierto, mi marido es muy aficionado a los pájaros también, (yo soy más de mamíferos), él tiene un telescopio terrestre para observar a las aves. Un día lo voy a encaminar a Riaza para que los observen los dos juntos, usted y él quiero decir.
Pero mientras tanto, siga con su terapia, probablemente descubra por esos bosques una bandada de "pájaros" que son una especie nueva, son los cetapéridos, ¿le suena? Pim pam pum, y se acabó la rabia y la depre.
Que usted lo pase bien con nuestros comentarios.
Ja, ja, ja, lo de los cetapéridos ha estado muy bien. ¡Vaya pájaros! A estos sí que los veo, pero suelo mirar a otro lado. Sólo me sirven para contemplar a lo que me puede llevar mi propia estupidez si la dejo campar por sus respetos.
Porfa: dígale a Kloster de mi parte que me encanta. ¡Lo que me he reido con lo de invadir Andorra!, jajaja. Feliz día a los dos.
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