miércoles, 17 de junio de 2009

"Salmo vespertino"


Ayer, por fin, un cuarto de hora antes de ponerse sobre el mar, vimos el sol. Fue un extraño tramonto: una nube negra cubría casi todo el cielo; pero allá, por el oeste, la oscuridad desaparecía por completo y nos dejaba ver un disco de fuego que se bañaba en el mar, limpio de bruma, entre azules y rojos incandescentes.

Asistí al espectáculo mientras leía este "salmo" melancólico y esperanzado de Carlos J. Morales




...al atardecer nos visita el llanto;
por la mañana el júbilo.
Salmo 29



¿Por qué en las tardes nos visita el llanto?
¿Seguirán siendo así todas las tardes?
¿Tan mal lo haremos siempre durante la jornada?
¿Tan vano es el consuelo de la noche que entra?,
¿tan débil su misterio?

Yo creo que una tarde le pasa a la otra tarde
su memoria: su poquedad, su nada,
su subsuelo; su anuncio de que es tarde
para alcanzar el triunfo, de que algo
tuvo que haber fallado, de que es tarde
para empezar siquiera, para empezar
a ser lo que quisimos.

¿Y es la noche un engaño?,
¿un tiempo comprimido de promesas?,
¿un sueño siempre igual, un tiempo nulo?
¡Qué larga es esta tarde,
qué condensada sale nuestra vida
en su perfume viejo, en su cansancio!
¡Qué hablador su silencio, qué aburrido
su bullicio salvaje, su rumor de semáforos!

¿Será verdad que en la mañana el júbilo
volverá a nuestra casa, ahora que es tan tarde,
que parece imposible –¡esta va la vencida!–
cambiar de dirección y de sentido?

7 comentarios:

Marga dijo...

Está bien eso de hacer(me) buscar el salmo.
Que además incluye en los versos anteriores la respuesta ¿no?

(...) dad gracias a su nombre santo; su cólera dura un instante; SU BONDAD DE POR VIDA; al atardecer (...)

Gracias diarias, porque me permites ver (llorar) por lo no alcanzado, conseguido o incluso ni intentado...
Gracias por la oportunidad y la promesa del nuevo día (júbilo) oportunidad renovada, promesa de nuevo afán.

Claro que me vale también para la (mi) hora final (final aquí) porque entonces hasta el Purgatorio será júbilo.

Por cierto, D. Enrique que tenemos al Purgatorio muy denostado en lugar de jubiloso como yo he osado retratarlo... ¡Háblenos de ello, por favor! (Si le parece).

Isa dijo...

¡Qué precioso!

Anónimo dijo...

No por favor,no hablemos del purgatorio,apuntemos mas alto,quiero ir al Cielo!!

Anónimo dijo...

Maravilloso,
E.O'

GAZTELU dijo...

No hay palabras d.Enrique....y que cierto,¿porque al atardecer nos visita el llanto?
GRACIAS por tanta belleza,a mi me acerca a Dios

Anónimo dijo...

"¿Será verdad que en la mañana el júbilo
volverá a nuestra casa, ahora que es tan tarde,
que parece imposible –¡esta va la vencida!–
cambiar de dirección y de sentido?"


Si fuera Heidegger diría que "sólo un Dios puede salvarnos". Y a ese Dios le pido que vivamos en una permanente mañana, -en el júbilo-

Gracias por el poema, a usted y a su autor. Maravilloso.

Anónimo dijo...

OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!