domingo, 14 de febrero de 2010

El funeral

Ana y Eusebio

El
funeral de Ana me ha dejado agotado. Pensaba, no sé por qué, que estaríamos en familia, pero la iglesia del Espíritu Santo estaba abarrotada. Nunca la había visto así. ¡Y había tantas antiguas alumnas de Aldeafuente! Yo trataba de no distraerme y de no emocionarme, pero me ha sido imposible.

No he sido capaz de preparar nada para la homilía. He hablado, por supuesto, de Eusebio, el marido de Ana, que se nos fue hace nueve meses. Luego, he dejado que el corazón fuera por delante, y el Espíritu Santo ha puesto en mi boca palabras que ahora no soy capaz de recordar. Creo que he hablado mucho del Cielo, porque hay que ser valientes y mirar a la meta. Sólo así el dolor, el trabajo, el placer..., la vida entera tendrán sentido. Y he leído un texto de San Agustín, éste:
No llores si me amas. ¡Si conocieras el don de Dios y lo que es el Cielo! ¡Si pudieras oír el cántico de los Ángeles y verme en medio de ellos! ¡Si pudieras ver desarrollarse ante tus ojos los horizontes, los campos eternos y los nuevos senderos que atravieso! ¡Si por un instante pudieras contemplar, como yo, la belleza ante la cual todas las otras bellezas palidecen!

¿Tú me has visto, me has amado en el país de las sombras, y no te resignas a verme y amarme en el país de las inmutables realidades?

Créeme: cuando la muerte venga a romper tus ligaduras como ha roto las que a mí me encadenaban, y cuando un día que Dios ha fijado y conoce, tu alma venga a este Cielo en que te ha precedido la mía, ese día volverás a ver a aquél que te amaba y que siempre te ama y encontrarás su corazón con todas sus ternuras purificadas.

Volverás a verme, pero transfigurado, extático y feliz, no ya esperando la muerte, sino avanzando contigo, a quien llevaré de la mano por los sendero s nuevos de la luz y de la vida, bebiendo con embriaguez a los pies de Dios un néctar del cual nadie se saciará jamás.


Enjuga tus lágrimas y no llores si me amas.


Al final he recordado estas palabras de San Josemaría:
Cuando te vea por primera vez, Dios mío, ¿qué te sabré decir? Callado, esconderé mi frente en tu regazo… y lloraré, como cuando era niño. Tus ojos mirarán todas mis llagas… Te contaré después mi vida…, ¡aunque ya la conoces! Y tú, para dormirme, lentamente, me contarás un cuento, que comienza: “érase una vez un hombrecillo de la tierra y un Dios que le quería con locura”.

16 comentarios:

Papathoma dijo...

Les pido a sus amigos Ana y Eusebio que mitiguen su dolor. Los echa de menos aquí...pero qué suerte tener amigos así, que le estarán cuidando hasta que se vuelvan a encontrar. Que Dios le bendiga, D.Enrique, y felicidades por su fiesta de hoy.

GAZTELU dijo...

D.Enrique,la oración de San Josemaria la llevo en mi cartera desde hace años,me la regaló una persona de casa en un momento dificil de mi vida.
Es de una delicadeza que me uno a usted en su cansancio y dolor y la reeleré hoy varias veces por usted,esas palabras serán las que esté teniendo su querida Ana en el cielo con nuestro Señor.
GRACIAS Y DESCANSE

Andrés dijo...

Con esas citas sobran comentarios.

Felicidades por la fiesta de hoy y que nada nos quite la alegría, su alegría.

Un saludo

Yuria dijo...

Pues, pensaba encontrar algo de S Valentín, algo así como platónico. Y, la primera impresión, . Pero, lo que ha escrito, sí es de San Valentín a mi juicio, porque el amor no es sólo ese enamoramiento platónico que se nos vende. Lleva mucho detrás, también la separación y la muerte.

Gilca dijo...

Yo estuve ayer y también me emocioné con sus palabras, y les pedí a Ana, a Eusebio y a San Josemaría que yo llegue también un día a la meta, así, como ellos, por la puerta Grande.
También me imaginaba cómo me gustaría entrar en el cielo. Pero... eso ya se lo cuento otro día.

Adaldrida dijo...

Esa cita de San Josemaría vale un potosí. ¡Felicidades!

sinretorno dijo...

Bravo Maestro!!!!!!, que nos hablen mucho más del cielo

Yomisma dijo...

"Y encontrarás su corazón con todas sus ternuras purificadas" Bendita Esperanza que se torna Caridad. Amor para siempre, para siempre, para siempre....

Marta dijo...

Que tal estaban sus hijas D Enrique?Yo era de un curso menos que Lucía, me encantaría haber ido, pero vivo fuera y fue imposible. Seguro que sus palabras, a pesar del cansancio, les han consolado un montón. Si Lucía lee esto le pido que tenga toda la confianza para acudir a usted siempre, como cuando era pequeña. Un abrazo a las tres

lupe dijo...

D.Enrique,lo de ayer fue increible,la cantidad de gente que queria a Ana y a su familia,las niñas chapó,con que cariño nos daban las gracias,siempre sonriendo son un ejemplo,la emoción imposible esconderla,el coro maravilloso,emocionados en cada canción echandola de menos,y usted muchas gracias por darnos la esperanza de un Cielo,y perdonenos las antiguas le hacemos mucho sufrir Dios se lo pague.LUPE

Isa dijo...

Qué bonita oración de san Josemaría, nunca la había oído.
Don Enrique, Eusebio y su esposa estarán maravillosamente junto a Dios y le echarán grandes cables desde Arriba.
Rezaré.

Nuria dijo...

Ayer cuando leí su globo me gustó mucho lo que copió de San Agustín lo copié porque pense que es una oración que puede servirle a algún conocido que pase por situaciones similares. Dos horas más tarde me llegó un mensaje de mi mejor amiga y me decida que tenía un melanoma que la tenía que operar,- hace tres años tuvo un cáncer bastante potente y después de varias operaciones y quimio se superó- cuando leí el mensaje me vino a la cabeza la oración y rompía llorar... Ahora le pido a usted y a quien lo lea que lo encomienden.

Unknown dijo...

Me gustaria saber de donde vienen las dos citas. Para encontrarlas en ingles.

cristina v dijo...

El vacío que nos han dejado es grande, pues como amigos ,eran excelentes. Les echaremos mucho de menos. Nos queda la esperanza, de que están disfrutando con Dios de ese Cielo maravilloso, gracias por hablarnos de el, a través de ese texto tan bonito de San Agustín y de San Josemaría.
D.Enrique, muchas gracias por todo.

Icaro dijo...

La cita que se atribuye a San Josemaría no es de él.

Icaro dijo...

La cita que se atribuye a San Josemaría es del poeta y periodista peruano José María Romaña, que fue durante veinte años jesuita y luego un ejemplar padre de familia.