—Es que se me escapan, se lo juro. Yo no quiero decir blasfemias…
—¿De dónde se te escapan?
Mi gigantesco, bondadoso, jovencito y malhablado amigo, se rasca la nuca elevando el codo hasta una altura inverosímil.
—¿De dónde…? No sé. De la boca…
—O sea, que ni las piensas.
—¡Noooo!
Hemos llegado a un acuerdo. Durante esta cuaresma, cada vez que se le escape una blasfemia dirá a continuación una jaculatoria a la Virgen.
—¿En voz alta?
—Si te atreves…
—Sí, pero la mezcla cantará mucho, ¿no?
—Cosas más raras se han visto. La semana que viene me cuentas cómo va el experimento.
—Vale.
No me llaméis "blog". Soy un globo que vuela a su aire, se renueva cada día y admite toda clase de pasajeros con tal que sean respetuosos y educados, y cuiden la ortografía. Me pilota desde hace algunos años un cura que trata de escribir con sentido sobrenatural, con sentido común y a veces con sentido del humor.
jueves, 18 de febrero de 2010
Entrecenizas
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10 comentarios:
Lo que tiene que hacer su querido amigo es saber el significado real de lo que está diciendo.
A mi me pasaba lo mismo, pero es fácil darte cuenta de que el español es muy rico en expresiones y no quedarte con la muletilla de la blasfemia.
Me parece fantástico el punto de lucha, si lo consigue hacer en voz alta... (para hacerle un monumento).
Un saludo
Lo de acudir a la Virgen ¡ funciona! A mi me pasa con mis hijas a veces me llaman 1000 veces antes de dormirse y tengo que ir a la habitación, cuando ya he ido unas cuantas veces lo que me sale un grito pero cuando voy hacia la habitación me encomiendo a la Virgen para no perder los nervios y hablar con serenidad, me ha ayudado a crecer en paciencia, cuido la presencia de Dios y mis hijas están también más tranquilas.¡Tres en uno como el detergente!
Recuerdo a mi querido Don Antonio, allá por octavo de EGB o primero de BUP, hacerme la misma pregunta. Era muy raro que se me escapara alguna, pero en contadísimas ocasiones me ocurría.
Ya saben, mimetizarse, si los demás dicen tacos, pues yo también, que no piensen que no soy tan mayor ni tan guay como ellos... En fin, estupidez juvenil. O infantil.
Don Antonio también me propuso un trato: Si alguna vez se te escapa, inmediatamente recita "Bendito sea tu Santo Nombre, Señor".
Hoy ya no se me escapa. Pero cuando se le escapa a alguien, lo sigo haciendo.
Pues si le hace caso y el plan funciona es porque en el fondo es buen chico...si yo digo eso a mis alumnos/as me tiran piedras a la cabeza.
Soy yo quien, cada vez que escucha una blasfemia desagravio por dentro...
Rezo para que lo consiga,las blasfemias contra Dios me superan.
Yo también desgarvio por dentro,es imprescindible que defendamos al Señor y le digamos,éste te insulta,pero yo te quiero con locura GUAPO!!!!!
GRACIAS
(Si usted mismo lo llama "gigantesco", ¡cómo será!)
Yo estoy de acerdo con Andrés: la gente en realidad no blasfema; simplemente dice un taco. La mayoría ni siquiera sabe qué está diciendo. Si pudiésemos explicarlo bien a todos... muchas desparecerían. Es cosa nuestra el intentarlo, como hace usted, don Enrique.
En cuanto a lo de acudir a la Virgen..., contaré un pequeño "secreto" culinario. En casa, a veces, mi madre me deja preparar la comida (me gusta cocinar), o simplemente ella puede desentenderse porque estoy yo. Los lunes por la noche, por lo general, cenamos con tortilla española, y a mi padre le gusta que yo haga mayonesa para acompañar. Hace años que no se me corta, NUNCA. ¿El truco? Un AVEMARÍA mientras la hago. ¡¡Qué buena cocinera debió de ser la Virgen!!
Juanma, bonita receta. La probaré.
Chapeau, chicos! Vaya lección de naturalidad...no os importa hablar en público de vuestras luchas, de vuestros trucos! ¿Qué decía Kloster hace poco de que quizás no sintonizaran con el público masculino? Caray, si lee estos comentarios el chaval del que nos habla, seguro que se anima.
No sé si es verdad, pero me contaron una vez que un militar, valiente y piadoso, respondía a cada blasfemia que oía de alguno de sus compañeros, con una jaculatoria en voz alta, se me ha venido a la cabeza al leer este post.
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