lunes, 21 de junio de 2010

La mano que mece la cuna

He oído a muchos padres quejarse de que sus hijos ya no les hacen caso, de que sus hijos no heredan sus valores: dejan de ir a Misa; salen hasta muy tarde, etc. Querría hoy decir a todos esos padres desilusionados que, aunque todo eso sea verdad, siguen siendo los padres de esos chicos y su poder sobre ellos sigue siendo enorme. Un padre o una madre siempre tendrán una gran influencia, más de lo que parece, sobre sus hijos. AS



10 comentarios:

GAZTELU dijo...

Yo siento no estar de acuerdo con usted del todo D.Alfonso y lo digo con conocimiento de causa por tener casos cercanos estremecedores.
La influencia o poder,como dice usted,de los padres sobre los hijos en muchas situaciones "desaparece" en esa relación,ahora bien,en otros muchos la oveja descarriada cuando se ve totalmente perdida vuelve al pastor porque el amor de unos padres hacia sus hijos es el amor terrenal más puro y desinteresado que existe,sobre todo el de las
madres.
Pero yo he visto llorar a padres en su lecho de muerte por no haber recuperado a sus hijos nunca.
En cuanto a la pelicula "la mano que mece la cuna",prefiero olvidarla porque me produjo una angustia que todavía recuerdo y eso que la ví hace años.
En cambio recomiendo ir a ver "la última cima",para que la gente cambie su idea sobre lo que es un sacerdote,el protagonista es arrollador pero gracias a Dios,tenemos tantos iguales a él,que no somos capaces de valorar el sacerdocio.
VALE LA PENA verla,está maravillosamente dirigida,el guión es muy original y creo que nadie que la vea sale indiferente!!!
Yo salí conmocionada y por supuesto lloré,cosa nada rara en mí.
GRACIAS Y BUENA SEMANA

Papathoma dijo...

Hace poco leí una biografía de Ana Katerina Emmerick. Una de sus hermanas le hizo la vida insufrible mientras la cuidaba. Un par de años después de su muerte, esta persona se había transformado.

Es muy duro morir sin llegar a verlo, pero ni siquiera entonces puede perderse la esperanza. En su libro sobre las ánimas del purgatorio, cuenta María V.-Nájera que uno de ellos -de apariencia bastante bestia y agresivo en sus "apariciones"- decía que él se había salvado porque su madre rezaba cada día por él.

Las personas somos libres, pero nunca podremos saber el efecto que causan nuestras acciones -y sobre todo nuestra oración- en nuestros hijos "descarriados".

Yo pude ser una de ellos. Y aquí estoy.

Anónimo dijo...

Gaztelu,yo sí estoy de acuerdo con D.A.Los padres somos el mayor referente de nuestros hijos.Es verdad que hay momentos en su vida,sobretodo en la adolescencia,en los que el enfrentarse a nosotros es el pan nuestro de cada día.Parece que nada de lo que les decimos les llega y hace falta mucha constancia para no decaer.Puede que no consigamos todo lo que nos proponemos,además de los padres hay muchas otras circunstancias que les acompañan cuando crecen, pero en el peor de los casos siempre será más
leve la caída.E

Estoy contigo en todo lo que dices de la peli de "La última cima" y en cuanto bien puede hacer un buen sacerdote...y a cuanta gente!

Anónimo dijo...

Quizá sea cuestión de confianza padres-hijos...Ojalá los padres sepamos ganarnos la confianza de nuestros hijos. Gracias, D. Alfonso.
Monse

Marisa dijo...

Deseo decir que vivo lo que dice, D. Alfonso. Y que lo vivo y lo disfruto intensamente. Mi hija se asesora conmigo. Yo, le enseño y le descubro muchas cosas que para ella son nuevas. En su padre y en mí tiene los pilares básicos y somos lo primero en su vida.

Saludos, a D. Enrique le he comentado muchas veces, a usted, es la primera vez.

Anónimo dijo...

Para ser padres no se requiere ninguna titulación y por ello, podemos cometer muchos errores, pero nunca hay que olvidar que tenemos un compromiso de por vida y que sembrar y sembrar con amor paciente y nuestro ejemplo, nos puede llevar a vivir muchas satisfacciones e incluso algún que otro milagro.

Yo también he visto la Última cima". La recomiendo a todo el mundo, incluso a los sacerdotes. Hay mucha "miga" en ese gran documental.

Gracias. AC

GAZTELU dijo...

Querida E,yo no he dicho que no estuviera de acuerdo con D.Alfonso,pero he matizado la entrada y sigo creyendo lo mismo.
Siempre hay excepciones a la regla general,pero insisto,creo verdaderamente en lo que he escrito en mi primer comentario porque lo he vivido en primera persona.
GRACIAS por tu réplica-comentario

Nico dijo...

Gracias. Pensaré en el título de su entrada cuando me tenga que levantar por la noche.

Anónimo dijo...

Gaztelu,tienes razón:Hay excepciones.En la educación no tenemos la total garantía de que todo salga como lo planeamos...Por eso las madres rezamos tanto!E

Anónimo dijo...

Sí, es cierto, yo también me acordaré al despertarme esta noche... Como aquel dicho: "estoy construyendo una catedral" (aunque aparente que sólo trabajo, cambio pañales y ese tipo de cosas con glamour...)