sábado, 19 de junio de 2010

La soledad (II)


Cuando veo a los chicos y chicas de bachillerato con esos hilos blancos que les salen de las orejas, enchufados a la música interminable de un artefacto minúsculo, pienso que aún no han aprobado la asignatura más importante: la ciencia de la soledad y del silencio.

El día en que la dominen serán plenamente humanos.



12 comentarios:

Juanan dijo...

Sí, puede que sea por eso... quizás sea un miedo a quedarnos solos con nosotros mismos.

Preséntele mis respetos a Kloster.

Pascalle dijo...

Lo decía Pascal...: que "todas las desgracias del hombre proceden de una sola cosa, que es no saber permanecer en reposo en una habitación (fr., 136).

Isa dijo...

A muchos les asusta pensar y es mucho más fácil dejarse llevar, hasta que se estrellen y se den cuanta de todo...
Tiene usted mucha razón en lo que dice.

Enrique Monasterio dijo...

Pascalle, te estaba esperando.

Anónimo dijo...

Pues en los tiempos que corren es la asignatura más difícil de aprobar y la pensa es que, posiblemente, algunos nunca tengan esa maravillosa experiencia. Pero desde luego quizás es condición para la trascendencia.
ROPEGRA

DAVID DIAZ CRIADO dijo...

Seguramente que el silencio y la soledad son como las medicinas porque hay que tomarlas de vez en cuando pero en pequeñas dosis... no vaya a ser que resulte peor el remedio que la enfermedad porque Dios dijo en el Genesis que " no es bueno que el hombre este solo".

Anónimo dijo...

Hay un refrán que dice: "el que no tiene cabeza, tiene piernas". Creo que la soledad se identifica más con vacío y tristeza,... que con pensar y reflexionar, y lo más cómodo es huir. Hoy en día lo único que importa es hacer muchas cosas, pero no nos damos cuenta que esas cosas suceden demasiado deprisa y es necesario un tiempo para analizarlas en profundidad. Además, en la medida en que pensamos lo que vamos a hacer, los errores serán menores. AC

Anónimo dijo...

A mi cada día me gusta más el silencio!!!
y mire que es un bien escaso!

Anónimo dijo...

POr cierto, yo desconfiaría de una persona que no es capaz de estar 30 min en silencio (sin contqr el que resulta por obligación) ya que coincido con Juanan.

Creo que estar a solas con nosotros mismos impone un poco porque se puede escuchar a la conciencia y puede que no nos guste lo que vamos a escuchar. Creo que ésto nos pasa a todos.

Pareceré muy dura pero creo que el/la que no es capaz de estar 30 min en silencio (sin tv, ni radio, in ipod, mp3, mp4, llamada de móvil, mensajito de blackberry o sucedáneos) o tiene muy mala conciencia o es un/a cobarde, o las dos cosas juntas!

Anónimo dijo...

Caray que tonta soy, ya sé quién es Kloster.
Gracias D.Enrique por no haber dejado volar solo al globo esta semana finalmente.
En cualquier caso se nota que está descansando, y eso está genial...

Gilca dijo...

Al leer estas entradas se me ha venido a la cabeza la soledad de la Virgen, o dicho de otro modo, la Virgen de la Soledad a los pies de la cruz. ¡Qué soledad imposible de calificar!

Anónimo dijo...

Gilca, muy bien dicho:"¡Qué soledad imposible de calificar!"
El dolor de la soledad.
La violencia de la soledad.
¡Qué temple de la Santísima Virgen! ¡Gracias a la Gracia de Dios!

Saludos,

Campo