He quedado con Luis en el vestíbulo de un gran hotel. Nunca había estado aquí, pero la verdad es que impresiona no sólo por el tamaño sino por el brillo glamuroso de las cinco estrellas con que se adorna.
Estos grandes hoteles, como las terminales de los aeropuertos, son lugares fascinantes en los que puedes inventar una novela de crímenes, amor y lujo con los personajes que pasan ante tus ojos. Es un entretenimiento no sé si inocente, pero desde luego, la mar de divertido. De paso, también los encomiendo al Señor, que, al fin y al cabo, éste es mi oficio.
Me siento en un enorme sillón de cuero y comienza el desfile. Veo pasar a las gentes más variadas y dejo que la fantasía se dispare. El sillón me va engullendo lentamente hasta hacerme desaparecer. Ya nadie se fija en mí. Creo que, por fin, soy invisible.
Todos los que entran o salen del vestíbulo llevan la mirada perdida. Se diría que buscan algo inconcreto por las paredes. O sea, como en El Corte Inglés.
―¿Necesita usted algo, caballero?
El “caballero” responde en alemán, y el chico del mostrador sonríe melancólico como un jugador de póquer con mala suerte.
Yo tomo nota de lo que veo en un pequeño cuaderno. Dos ancianas vestidas de jovencitas hablan en inglés a través de sendos teléfonos móviles. Diría que son hermanas; pero vaya usted a saber. Mientras charlan, se hacen señas entre sí. O sea que hay dos conversaciones sonoras y otras dos mudas. Tienen cara de víctimas. Sí, lo más probable es que sean asesinadas esta noche.
Entra el asesino. O quizá sea el detective. Parece simpático. Lleva un sombrero claro de ala ancha y también habla inglés, pero con acento de otra parte. Tendrá cincuenta años. Se sienta frente a mí y despliega el periódico. Ahora comprendo que en realidad es un espía inexperto que se atrinchera tras un diario gratuito absolutamente inadecuado para el marco en el que nos encontramos.
Suena un teléfono. Es el que lleva pegado a la oreja una de las ancianas. Esto sí que es misterioso. Es evidente que no hablaba con nadie; fingía hacerlo, pero el timbre la ha delatado.
―Hallo!
A continuación baja la voz, pero distingo perfectamente una palabra: “Cibeles”. Debe de ser una consigna, una clave de algo.
Se abre la puerta del ascensor y salen cuatro japonesas de edad indefinida. Las cuatro vienen tocadas con mascarillas blancas como para protegerse de algún virus occidental. Inmediatamente, por la otra esquina aparece una quinta japonesa desembozada. Se saludan todas con gran regocijo haciéndose reverencias.
Mi novela empieza a complicarse. Ahora debería oírse un disparo; pero no. Llega mi amigo y nos damos un abrazo.
―¿Te has aburrido mucho?
Le digo que no, y echo una última ojeada a mis personajes. Las ancianas han desaparecido. El tipo del sombrero finge que duerme y una de las japonesitas absorbe con una paja un líquido de color verde, sin quitarse la mascarilla.
12 comentarios:
Muy interesante. Esta claro que los únicos que se pueden permitir turismo de Gran Hotel son los extranjeros.
las ancianas son de la N.A.S.A.
las japonesitas son de N.O.S.E.
el del sombrero es consejero de Zapatero y por eso es dormilon.
¿y el cura invisible es un agente secreto del Vaticano? ja.ja.ja.
Desde luego q. no tiene q. hacer esfuerzo para alargar la novela y mandarla a la editorial. se podia ganar la vida con eso. Ya q. dicen q. los curas no cobran apenas xq si fuera con lo q. echamos en el cepillo no comian ni tendrian para una estufa en invierno que ya está aquí. Le digo lo mismo a mi hermano despues de haber dao vuelta y 1/2 al mundo mundial si escribiera seria más famoso q. Reverte. Yo de momento tengo lo mio pero sin prisas xq no tengo editorial y quiero una q llegue a los q. no quieren prensa religiosa. digamos q. voy de camuflaje aunque se vea el plumero xq hay cosas q. no se pueden esconder, una vez en el anden me enrolle con alguien y le di un foleo con un poema, solo nos vimos 2 veces pero me preguntó: ¿oye esto se lo dedicas a Dios? - Si... ¿por? La Cibeles justo hoy la llevo en la espalda de la camiseta negra. La compre hace años cerca del Tisen en una tienda- bar. Y ya me he perdido pero no dira q. no he tenido el valor de leerlo entero. No se desanime. yo tambien disfruto escribiendo, se siente. Ahora me espavile despues del turre pero me voy a echar un rato q. hoy meti la turbo friendo churros a las 8:15 de la mañana y sesion continua. - mal q. está noche celebraremos algo de visu aunque solo sea la mitad q. estamos de celebración y mañana será otro día. Adiosle
Me encanta la imaginación que tiene.
Es como la de los peques de 4 años que están descubriendo el mundo pero con la riqueza y experiencia de los .... 50 años que usted tiene ;O)
Que pena.......la novela prometía.
Hoy no le doy las GRACIAS, me quedé sin final y me intriga.
Pues como dice Antuan, mañana será otro día y habrá más historias... Con esta, me he reído de lo lindo. Gracias. AC
Antuán, ¿qué novela nos ha contado usted? No me he enterado de nada...
¡ Qué bueno! por un momento, pensé que estaba leyendo una novela de Georges Simenon.
Guau...tenía una pinta buenísima, qué pena que haya llegado su amigo tan pronto; siempre se puede usted introducir más en ese hotel y averiguar...
Hola anonimo de las 02:50, lo mio no es una novela, es la vida misma q. es lo + interesante. El trato con Dios y con los demás, la vida en la calle y los medios de locomoción. ¡locos de emoción! Ah y perdone usted d. Enrique por lo de la prensa religiosa. digo q. no tengo prisa en sacar a la luz xq hay muchos q. parece q. les da alergia todo lo q. suene a eso y como hay q. llegar atodos los caminos o ambientes, digamos q. es lo mismo. Hay un poeta q. lo expresa asi: "Tengo un puesto de buenas noticias en la plaza del Mundo y reparto dulces y parabienes de buen rato..." Algo así. Si alguien sabe de alguna editorial q. se arriesgue conmigo tengo materia pero no presupuesto. Que me avise. Aqui estoy. Carmelo también tiene de alguno de sus viajes por Asia, China, India 6 dias en el transiberiario con vokca es la unica manera de calentarse y con ilustraciones. ambos. ¿Quien pide más? Hasta maána. Adiosle. me traslado a Argentina.
Qué divertido, "un buen cuento" pensé, por la mañana.
A la tarde salí de la Iglesia para acabar de recargar la batería. Horas inusuales: 2:30pm. Me sorprendieron dos carros sospechosamente estacionados con diferencia de dos minutos enfrente de la iglesia ¡cerrada! Un Jeep 4x4 grandísimo a gran velocidad y luego un carro pequeño con vidrios ahumados. Pero nadie se baja. Gran duda, ¿Se tratará de alguna fechoría, del pago de un secuestro express, etc? y el vigilante está enfrente y ni siquiera los ve, ¿se estará haciendo el despistado? veo desde varios angulos lo que va a pasar...No resisto, llamo al mismo vigilante. debo preguntar discretamente. "Padre son papás que traen a sus hijos para la catequesis de primera comunión, pero vienen siempre muy temprano"
Uff.Jajaja! El cuento de la mañana es más corriente de lo previsto. ¡Cáspita! cosas así se meten en la oración, en el trabajo, a la hora de evaluar personas y situaciones.
¿Cómo utilizar bien y aprender a dominar la imaginación?
Muy interesante.
No se ni como llegue a este aritculo, pero me encanto. En realidad estaba buscando por hoteles baratos en las vegas, ya que tengo que hacer un vaje de negocios, y NECESITO gastar poco, alguien conoce?
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