Nietos, abuelas y chupetes
A veces —muchas veces—los chicos y chicas del colegio dan inesperadas alegrías. Ayer, por ejemplo, con motivo de las Misas de comienzo de curso, los “viejos” de segundo, con diecisiete años ya y a punto de saltar a la universidad, no me dejaron salir del confesonario: terminado el verano, son conscientes de que hay que empezar de nuevo y no sólo en el orden académico.
Por la tarde, a seis o siete kilómetros de distancia, atiendo a un grupo de mujeres; entre ellas, algunas muy ancianas. Mientras charlo con estas “viejecitas”, recias, sacrificadas y piadosas, comprendo que son una fuerza imponente en la Iglesia. Que nadie se atreva a despreciarlas: gracias a su fidelidad, el edificio se mantiene en pie.
Hoy viviré una experiencia nueva y ya presiento un rotundo fracaso pedagógico. Iré al colegio “Los Olmos” para hablar a los más pequeños: a niños y niñas de 3 a 5 años, algunos con chupete incorporado. También me ocuparé de sus padres. Espero que ellos me entiendan un poco mejor.
7 comentarios:
mira tu por donde...las vueltas que da la vida...yo tambien fui alumno del colegio los olmos.
pero yo no llevaba chupetes.
Que no, D. Enrique, ya verá como le entienden mejor los peques... Ya nos contará! Eva
D.Enrique, le encomendaré porque el cambio de registro que tiene que hacer al día es para volverse loco: adolescentes, mayores y chupetes con padres que viven estresados por los primeros pasos de sus hijos en el cole y que preguntan todo, de A a la Z.
Me quedo con las que sostienen el edificio aunque se confiesen a gritos como me pasó a mí el otro día en una Iglesia pero que empeño puso la mujer en llegar al confesionario, arrodillarse y confesar mientras que su "cuidadora" ponía cara de mala l....por que debía dejarla en la residencia y ya estaba fuera de su horario de trabajo!!!
QUE PENA DIOS MIO!!!
Esto de Internet es fenomenal.
Hoy he visto a mis hijos --¡cómo crecen, qué deprisa!-- en una videoconferencia, y he pensado en lo "puntero" que se debió sentir el primer telegrafista. Nos alzamos sobre los hombros de gigantes.
Siempre he sabido que es un cura todoterreno; que igual es útil para un roto que para un "descosío".
Esta claro, este año le toca llevar al Cielo a "toda la humanidad" o al menos a una repesentación por edades.
Estoy segura que los chiquitines le han entendido genial; seguro que les ha contado un cuento que sobre la marcha se inventaba.
Ya nos contará...
Cómo se lo van a pasar los niños!!. Menuda suerte!
Don Enrique: Le escribo desde Chile y me emocioné cuando leí esta entrada porque ese día (5 de octubre) se nos fue al cielo nuestra querida abuela (también bisabuela) Memé.
Tenía 100 años y era una mujer católica ejemplar, que sirvió por mucho tiempo en sociedades de voluntariado y de caridad como San Vicente de Paul, las Damas de Rojo, etc.
Muchas gracias por sus artículos!
saludos desde Chile
Valentina Valdés
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