miércoles, 8 de agosto de 2012

Colegas


Los miércoles a las once de la mañana la casa antigua de Molinoviejo sufre una pacífica invasión de curas de toda la diócesis. Vienen de la capital de la provincia, pero también de San Rafael, El Espinar, Carbonero, Riaza... y de otros muchos pueblos cercanos.
Nada más llegar expropian la habitación del director, que es este caso es la mía, y ocupan la sala de visitas, el cuarto de estar y las demás zonas comunes.
A las 12 y cuarto tienen círculo. Antes y después, charlan, pasean por la finca, rezan en el oratorio o se confiesan los unos con los otros.
A las 2, almuerzo en la Venta Vieja, que está frente a la casa y, después, tertulia, si es posible con un invitado charlatán.
Esta vez me ha tocado a mí, y creo que he cumplido. Les he hablado del día que conocí a San Josemaría en esta casa hace 62 años; de la tertulia del jardín, de mi breve entrevista con él en el antiguo campo de fútbol, de la meditación que nos dio al día siguiente por la mañana... Y, mientras yo hablaba y hablaba, me he fijado en la mirada atenta de estos buenos sacerdotes, especial de los más ancianos. Se bebían mis palabras como niños chicos.
Poco antes había estado charlando con Arturo, un cura segoviano que se dejó media vida en las cumbres de la Prelatura de Yauyos, en Perú, en los años 60. Regresó a Madrid con el corazón averiado. Gracias a Dios pudieron transplatárselo y siguió trabajando con el mismo ímpetu en la Basílica de San Miguel y en la Almudena. Ahora está ciego. Lleva un bastón blanco y unas gafas oscuras; pero sigue guardando a Perú en el corazón:
―Fue una gran aventura  ―me decía, mientras acariciaba el bastón, sentado junto a la mesa del jardín―.


14 comentarios:

Antuán dijo...

Pues aqui me voy a estrenar yo que acabo de llegar de ver a una vecina mayor que le parece que no tiene nada que hacer aqui no asi como sus colegas, se lo juro por Arturo. es usted un afortunado de poder estar con ellos y comprobar que son jovenes a pesar de los años porque han hecho mucho pero no miran solo al pasado sino al futuro, ese es su secreto como el de Juan Pablo II. Dele muchas Gracias a Dios. Adiosle

AleMamá dijo...

Salude, por favor al padre Arturo. He leído -mapa en mano- sobre Yauyos y ha sido una epopeya con frutos sabrosos pero a un alto precio.

Relicary dijo...

Bonito recordar los grandes eventos de nuestra vida y que sean recibidos con ilusión.

Me he alegrado leyendo sobre Arturo, para mí, este tipo de personas son los héroes actuales que antes salían en las novelas completando epopeyas. Seguramente no le gustaría el elogio que acabo de hacerle.

Relicary dijo...

Pensando un poco más y lo que leo de AleMamá, ¿no tendrá este señor una biografía de sus experiencias como "Soñar y os quedaréis cortos"?

Papathoma dijo...

Bueno, pues si este encuentro se produce todos los miércoles, aquí estaremos los globeros rezando por todos ellos. GBY all!

Marco dijo...

Padre: un regalo desde Chile. Espero que le guste el vídeo -también tiene relación con su entrada en el blog-.

http://www.youtube.com/watch?v=nJSdHvTd7bk&feature=player_embedded

Es cielo y es azul dijo...

Gracias por hablarnos de tanta fidelidad.

pacita dijo...

Al final no se va a querer ir de Molinoviejo .necesitará más de tres tiendas para meterlos a todos......

Vila dijo...

Hubiera sido divertido que el señor cardenal se hubiese presentado ese día sin avisar, en vez de el lunes, hubiese sido el invitado especial.

rezaré por ustedes todavía con la nariz algo chata.

yomisma dijo...

Que te ha pasado en la nariz, Vila?

Enrique Monasterio dijo...

A la nariz de Vila no le pasa nada. Solo pretende torturarme recordándome un incidente del que yo soy culpable, en lugar de olvidarlo, que sería lo lógico y magnánimo.
En todo caso no habrá más alusiones en público.

yomisma dijo...

Entonces ¿Se lo puedo preguntar por correo electrónico?

Enrique Monasterio dijo...

Puedes preguntar lo q quieras, pero Vila es discreta y no dirá nada (supongo)

Vila dijo...

Y supone bien, amigo. Cuídese mucho.

(Es que tenía el comentario fácil y me deje llevar...ya sabe, mi lado perverso que a veces me puede.)