Los
miércoles a las once de la mañana la casa antigua de Molinoviejo sufre una
pacífica invasión de curas de toda la diócesis. Vienen de la capital de la
provincia, pero también de San Rafael, El Espinar, Carbonero, Riaza... y de
otros muchos pueblos cercanos.
Nada
más llegar expropian la habitación del director, que es este caso es la mía, y
ocupan la sala de visitas, el cuarto de estar y las demás zonas comunes.
A
las 12 y cuarto tienen círculo. Antes y después, charlan, pasean por la finca,
rezan en el oratorio o se confiesan los unos con los otros.
A
las 2, almuerzo en la Venta Vieja, que está frente a la casa y, después,
tertulia, si es posible con un invitado charlatán.
Esta
vez me ha tocado a mí, y creo que he cumplido. Les he hablado del día que
conocí a San Josemaría en esta casa hace 62 años; de la tertulia del jardín, de
mi breve entrevista con él en el antiguo campo de fútbol, de la meditación que
nos dio al día siguiente por la mañana... Y, mientras yo hablaba y hablaba, me
he fijado en la mirada atenta de estos buenos sacerdotes, especial de los más
ancianos. Se bebían mis palabras como niños chicos.
Poco
antes había estado charlando con Arturo, un cura segoviano que se dejó media
vida en las cumbres de la Prelatura de Yauyos, en Perú, en los años 60. Regresó
a Madrid con el corazón averiado. Gracias a Dios pudieron transplatárselo y
siguió trabajando con el mismo ímpetu en la Basílica de San Miguel y en la
Almudena. Ahora está ciego. Lleva un bastón blanco y unas gafas oscuras; pero
sigue guardando a Perú en el corazón:
―Fue
una gran aventura ―me decía, mientras
acariciaba el bastón, sentado junto a la mesa del jardín―.
14 comentarios:
Pues aqui me voy a estrenar yo que acabo de llegar de ver a una vecina mayor que le parece que no tiene nada que hacer aqui no asi como sus colegas, se lo juro por Arturo. es usted un afortunado de poder estar con ellos y comprobar que son jovenes a pesar de los años porque han hecho mucho pero no miran solo al pasado sino al futuro, ese es su secreto como el de Juan Pablo II. Dele muchas Gracias a Dios. Adiosle
Salude, por favor al padre Arturo. He leído -mapa en mano- sobre Yauyos y ha sido una epopeya con frutos sabrosos pero a un alto precio.
Bonito recordar los grandes eventos de nuestra vida y que sean recibidos con ilusión.
Me he alegrado leyendo sobre Arturo, para mí, este tipo de personas son los héroes actuales que antes salían en las novelas completando epopeyas. Seguramente no le gustaría el elogio que acabo de hacerle.
Pensando un poco más y lo que leo de AleMamá, ¿no tendrá este señor una biografía de sus experiencias como "Soñar y os quedaréis cortos"?
Bueno, pues si este encuentro se produce todos los miércoles, aquí estaremos los globeros rezando por todos ellos. GBY all!
Padre: un regalo desde Chile. Espero que le guste el vídeo -también tiene relación con su entrada en el blog-.
http://www.youtube.com/watch?v=nJSdHvTd7bk&feature=player_embedded
Gracias por hablarnos de tanta fidelidad.
Al final no se va a querer ir de Molinoviejo .necesitará más de tres tiendas para meterlos a todos......
Hubiera sido divertido que el señor cardenal se hubiese presentado ese día sin avisar, en vez de el lunes, hubiese sido el invitado especial.
rezaré por ustedes todavía con la nariz algo chata.
Que te ha pasado en la nariz, Vila?
A la nariz de Vila no le pasa nada. Solo pretende torturarme recordándome un incidente del que yo soy culpable, en lugar de olvidarlo, que sería lo lógico y magnánimo.
En todo caso no habrá más alusiones en público.
Entonces ¿Se lo puedo preguntar por correo electrónico?
Puedes preguntar lo q quieras, pero Vila es discreta y no dirá nada (supongo)
Y supone bien, amigo. Cuídese mucho.
(Es que tenía el comentario fácil y me deje llevar...ya sabe, mi lado perverso que a veces me puede.)
Publicar un comentario