domingo, 8 de diciembre de 2013

La nube



Ha llegado puntualmente, como siempre, al final del curso de retiro. El cielo sigue limpio y estrellado, pero mi nube es de otra especie. Al acabar la última meditación y la Exposición solemne del Santísimo; después de la última confesión, sin que pueda evitarlo, empiezo a encontrarme apático, tan cansado que apenas tengo fuerzas para escribir estas palabras.
Es la nube negra que me envuelve y me agarrota la imaginación, la memoria y cada músculo del cuerpo. No me quita la alegría, al contrario: siguen en mi cabeza los nombres y los rostros de todos los que han asistido al retiro y me han confiado sus luchas y sus penas. Ahora sólo puedo dar gracias; pero sé que mañana regresarán a Madrid y no volveré a verlos al menos hasta dentro de un año.
Claro que aún falta la meditación número 22 y la Misa. Hablaremos del Espíritu Santo. La nube ya se habrá disuelto con el sueño.
A las once estaré de nuevo en Vallecas y tomaré aire antes de saltar a Asturias con escala en Bilbao. La próxima semana será movida.
¿Será posible que aún no hayan dado el premio Nobel de cualquier cosa al genio que inventó en pleno siglo XX las maletas con ruedas?
 

11 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Me encomendaría para que me dieran un traslado por trabajo a Bilbao? Si es que Dios quiere, claro!!!

caminando dijo...

Que envidia!! Asturias!! Este año no estaré para enseñarle el Belén! Esa tierrina despeja todos los nubarrones y se quedan en su cielo... Que lo hace típico en su paisaje..ánimo

Alejandra dijo...


Señor, haz de mi un instrumento de tu paz.
Que allá donde hay odio, yo ponga el amor.
Que allá donde hay ofensa, yo ponga el perdón.
Que allá donde hay discordia, yo ponga la unión.
Que allá donde hay error, yo ponga la verdad.
Que allá donde hay duda, yo ponga la Fe.
Que allá donde desesperación, yo ponga la esperanza.
Que allá donde hay tinieblas, yo ponga la luz.
Que allá donde hay tristeza, yo ponga la alegría.

Oh Señor, que yo no busque tanto ser consolado, cuanto consolar,
ser comprendido, cuanto comprender,
ser amado, cuanto amar.

Porque es dándose como se recibe,
es olvidándose de sí mismo como uno se encuentra a sí mismo,
es perdonando, como se es perdonado,
es muriendo como se resucita a la vida eterna.

(Autoría atribuída a San Francisco de Asís)

Pedazo de anónimo dijo...

Si,ya lo se...Pero yo llevo dos dias que lo veo todo negro.

pacita dijo...

pues yo recibi ayer una gran alegría:mi hija María cumplió 18 años siiiiii. la de los pircings y se fue a confesar siiiiii y llevó a una amiga.Quizás es una indiscreción pero la Virgen ayer me dio un gran consuelo y se lo tenga q contar.(un taco no escriito)

yankee dijo...

Qué bien, Pacita! Me alegro un montón.

Merche dijo...

¡Qué alegría, Pacita! A ver cuándo se decide el mío, de 33.

Fernando Q. dijo...

Que energía la suya, don Enrique. Que Dios se la mantenga muchisimos años para alegría nuestra.

Si va en coche, que S. Cristóbal le cuide. Si va en avión, se encarga la Virgen de Loreto.

Y a ver cuando tira pal Sur, aunque sea de vacaciones..

Antuán dijo...

Desde luego ¡que invento! aunque yo sigo con mi mochila a cuestas, como diría Serrat: ligero de equipaje... Adiosle

Cordelia dijo...

Qué bien, pacita!

yomisma dijo...

Antonio Machado iba ligero de equipaje. Serrat lo cuenta con música.