La segunda mitad de agosto es un prólogo del otoño. Los días se acortan, y las aves migratorias miran al reloj del sol. Por eso vuelan hacia el Sur.
En la Sierra de Madrid se siente el nerviosismo de la despedida. Los alcaudones, los papamoscas, las abubillas, los abejarucos, devoran los últimos insectos y se protegen de las primeras tormentas que anuncian el momento de la partida.
¿Por qué os vais tan pronto? ¿Quién os marca la hora, el camino y la meta? En la naturaleza todo tiene un "porqué” y sobre todo un fin, un “para qué".
Los que niegan la acción creadora de Dios se contentan con subrayar el origen, la causa material de las cosas. Nos cuentan, por ejemplo, que las aves proceden de los dinosaurios, que los dinosaurios salieron del mar, y que en el mar se creó la vida.
Todo eso es cierto, pero, al decirlo, ¿han explicado algo? ¿De verdad no necesitamos nada más para estar satisfechos? ¿Basta con decir que este tren viene de Cuenca, para saber por qué viene, a dónde va y quién lo conduce?
¿Quién hizo que, durante millones de años, los huesos de los dinosaurios se prepararan para el vuelo haciéndose más ligeros y frágiles? ¿Por qué les crecían aquellos apéndices, tan inútiles durante cientos de siglos y que sólo al cabo de mucho, mucho tiempo empezaron a ser alas y sirvieron para sostenerse en el aire? ¿Quién fue el primer dinosaurio que una mañana ensayó el primer vuelo? ¿Basta con decir eso…, que un día “el dinosaurio voló”?
¿De verdad pensáis que no es preciso recurrir a una inteligencia distinta, a un Director que conduzca y explique la majestad y la belleza sobrecogedora de esta gran sinfonía de la Creación?
Ahora se van las aves. Como todos los años habrá en la Sierra unos días de silencio a la espera de otras aves que llegarán del Norte para pasar el invierno con nosotros. Las cigüeñas no se irán; formarán grandes colonias en las charcas templadas de la Meseta Sur. Y vendrán a nuestros embalses, de vacaciones, cientos de cormoranes que huyen del invierno atlántico.
Hoy es domingo y leeré este Prefacio en la Santa Misa:
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque creaste el universo entero, estableciste el continuo retorno de las estaciones, y al hombre, formado a tu imagen y semejanza, sometiste las maravillas del mundo, para que, en nombre tuyo, dominara la creación, y, al contemplar tus grandezas, en todo momento te alabara, por Cristo, Señor nuestro. A quien cantan los ángeles y los arcángeles…,
y las aves del Cielo, que volverán la próxima primavera, en punto.
3 comentarios:
Buenos días a todos!
Qué entrada más bonita, Don Enrique.
Sólo quería decir que he recibido un regalo de Santo anticipado. Hasta mañana no lo puedo estrenar, y me está costando mucho esfuerzo aguantarme las ganas, jejeje.
Es un libro: "Diseño inteligente", de William A. Dembski. Mi edición es de la editorial Homo Legens, pero me consta que hay más ediciones.
Me ha venido a la cabeza esta idea cuando he leído la frase "¿De verdad pensáis que no es preciso recurrir a una inteligencia distinta, a un Director que conduzca y explique la majestad y la belleza sobrecogedora de esta gran sinfonía de la Creación?".
En octubre de 1990 asistí a un simposio muy interesante llamado "Física y Religión en perspectiva", celebrado en Madrid. Aunque no estaba orientado hacia la ecología (tan de moda hoy en día), trataba de casi lo mismo: la Naturaleza y Dios. Sólo que la Naturaleza estaba siendo descubierta a escala cosmológica: agujeros negros (singularidades), teoría del caos, etcétera. Todavía hoy los científicos están buscando más materia (energía) en el Universo: "más materia, es la guerra".
Para un ingeniero como yo, resulta muy interesante la emergencia de las teorías del "diseño inteligente": los datos apuntan a que el azar por sí solo no es concluyente para explicar la evolución del planeta.
Estoy deseando que llegue mañana para empezar el libro.
Feliz domingo.
Oiga! Me dijo que no amanerara mi estilo al escribir. Lo estoy intentando, pero necesito que alguien como Ud. me vaya diciendo qué tal va!
Qué bonito! Me ha servido de mucho! Un razonamiento tan básico, tan sencillo y tan grande a la vez. ¡Qué obtusos somos a veces!
Gracias
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