martes, 28 de agosto de 2007

Libros de agosto


Me temo que esta biblioteca es la de Harry Potter

He entrado en una conocida librería (“diez minutos”, me he dicho; ni uno más) y me he dedicado a curiosear por los estantes. En agosto no hay “novedades”, sino “ofertas”. Hay clásicos a precio de saldo y basura encuadernada que nunca debería haber salido de la imprenta. Hay novelas de misterio o de terror con revelaciones, profecías, exorcismos, “secretos inconfesables que el Vaticano se esfuerza por ocultar”, interpretaciones paranoides del Evangelio, frailes asesinos… Son las réplicas del terremoto “Da Vinci”.

Compruebo que la epidemia ha afectado también a las llamadas novelas “históricas”, un género propio del Romanticismo que nació, según G. Lukács, con la loable pretensión de hacer verosímiles otras épocas, preferiblemente lejanas, describiendo con fidelidad sus costumbres, valores y creencias.

Hemos tenido grandes novelistas históricos, desde Pérez Galdós a Stefan Zweig, y todos ellos se atenían a una norma no escrita: los hechos narrados debían ser verídicos, aunque los personajes principales fuesen producto de la fantasía. La novela histórica exigía por tanto de su autor una seria preparación documental y un considerable bagaje cultural. Esa norma ha sido tácitamente derogada: hay novelistas que, quizá por pereza, hacen exactamente lo contrario: hablan de personajes reales a los que atribuyen hechos falsos, en ocasiones delirantes y hasta calumniosos. Es una forma, como otra cualquiera, de ideologizar la historia.

Paso por la sección religiosa. Hojeo, con h, (paso las hojas, que no el ojo) un volumen gordísimo que trata de demostrarme en setecientas u ochocientas páginas que Dios no existe. Loable esfuerzo el de su autor, aunque inútil y excesivo. El que afirma es quien debe probar lo que dice, nunca el que niega. Y, francamente, no creo que hagan falta tantas páginas para llegar al conocimiento de Dios.

Junto a ese tocho, veo las Obras completas de San Agustín, un libro del Papa y otro mío. Casi me ruborizo: nunca me había visto en tan buena compañía.

Ojeo, sin h, algunos libros de poemas que se esconden en el lugar más recóndito de la librería. No encuentro “Pampalunas” de Rocío Arana ni la última antología de Miguel D’Ors.

Al salir, recuerdo lo que me contó ayer mi amigo Tomás: que había visto en Sevilla una calle llamada “Nuestra Señora de los buenos libros”. Voy a Internet —todo está en la red— y encuentro la calle, la advocación y este romance anónimo del siglo XVII:

"Todo el amparo, señora,
de mi libro en ti le libro;
pues eres libro en quien Dios
enquadernó sus prodigios...
Si al que es vida le ceñiste
en tu virgen pergamino,
ya libro eres de la vida;
vida has de ser de los libros.
El gran Autor con la pluma
del espíritu divino,

sobre tu papel intacto,
sacó su palabra en limpio
sin copia, por ser tú sola;
sin tinta, por ser arminio;
sin original obscuro,
y sin borrador delito.

Libro eres de cuenta,
donde el más estrecho juizio
siempre suma lo constante
pero nunca lo caído;
libro de memoria, siempre
para hacerme beneficio,
y en blanco, pues por ti Dios

mis culpas ponen olvido;
de Palma, o libro, tus hojas
en tu conceptción las miro,
allá en tu parto azucenas
y en tu soledad cuchillos.
Tu esseción es privilegio,
tu tassa precio infinito,
general tu aprobación,
gloria el fin, gracia el principio,
impresión estrellas, coma,
la luna, punto el sol mismo,
rectas líneas, blanco margen,
luces letras, cielo estilo
y al fin concepción sin mácula
es el título aplaudido
de tu libro, porque es Dios,
el concepto de tu libro.
O libro cerrado a culpas
y abierto a humanos gemidos;
borre un rasgo de tus gracias
las erratas de mis vicios.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué casualidad! Este fin de semana ha venido una amiga mia a León.
Al visitar la Basílica de san Isidoro le he dicho que el museo había que conocerlo también. En la biblioteca del museo hay una imagen de la Virgen. Me acerqué y vi, en la mesa donde estaba asentada la Virgen, una estampa de esta imagen con la advocación "Virgen de los buenos libros" y con un romance escrito por detrás, y me hizo mucha gracia esta advocación. Mi amiga también sintió curiosidad, así que preguntamos en la tienda del museo y se habían terminado las estampas, pero en una tienda de souvenirs la tenían y nos dijeron que EDILESA la iba a dejar de publicar.
También un señor que estaba en la tienda en ese momento dijo que la "auténtica" imagen está en Toledo. Esto no está probado.
La busqué en Internet y es esta imagen: http://static.flickr.com/86/230779240_5ed270b40d.jpg?v=0
El romance es el que usted ha escrito.
La de "los malos libros" no consta que exista, así que mejor no escribirlos.

Anónimo dijo...

Es una pena, porque lo peor es, que toda esa basura, hay gente que se la cree, cuando en realidad es pura ficción malintencionada del autor
¡Con la cantidad de buena literatura que hay!

E. G-Máiquez dijo...

"Las erratas de mis vicios"; qué verso, Dios mío.

Anónimo dijo...

"De Trinitate" del Águila de Hipona: más lejos (más alto) no se puede ir. A San Agustín (como se le decía al torero Marcial Lalanda): ¡¡Eres el más grande!!

Juanan dijo...

Esta entrada ha sido como un auténtico paseo por una libreria. Primero te encuentras con los libracos esos con la foto del vaticano, y te echas a temblar. Y luego, tras encontrar un poco de todo, llegas a los buenos libros. ¡Qué bueno lo de la Virgen de los Buenos Libros! Sobre todo lo de "las erratas de mis vicios", coincido totalmente con e. g-máiquez.

patzarella dijo...

Pues a ver si me hago amiga de "la señora de los buenos libros" para que me tope algunos por mi camino... ¡Ah!, se aceptan todas las sugerencias =) Me gusta leer, pero no siempre se qué...

Anónimo dijo...

Enhorabuena por el blog, D. Enrique. Desde que lo he descubierto, hace unos diez días, no he dejado un día de entrar a ver que cuenta, y cada día me gusta y aprendo más. Voy a investigar eso de la Virgen de los buenos libros en la red, a ver si me puedo bajar una foto para imprimir y usar de marcador, pues soy una lectora empedernida. Para seleccionar los libros que leo, mi amiga Rocío tiene una librería en Madrid que se llama Diálogo. Ella me recomienda lo que merece la pena leer y comprar. Hay una buena web de crítica literaria tambien que se llama www.clubdellector.com Ah! y con su permiso, voy a hacer propaganda de su blog, pues no tiene desperdicio!!
Hasta pronto.

Adaldrida dijo...

Es precioso el nombre de la calle, ¡no? ¡He vuelto a su blog!