sábado, 15 de marzo de 2008

El sueño


Sólo llevo un año anclado a este blog y ya me repito. Hace una semana cite unos versos de la “saeta” de Machado, y ahora compruebo que en abril de 2007 puse el mismo poema con una consideración semejante.

Ser cura tiene estos riesgos. Decimos casi siempre el mismo mensaje con idénticas palabras. Me consuelo pensando que esas palabras no son mías, que soy sólo un portavoz y Dios hace que me olvide de haberlas dicho, para así repetirlas y volverlas a repetir hasta que empapen la tierra —mi propio corazón de tierra— y den fruto.

También Jesús se repite. Este año volveremos a oír su oración, a gritos, en el Huerto de los Olivos, su diálogo con Caifás y con Pilatos, su silencio ante Herodes, más elocuente que cualquier discurso, y sus “siete palabras” desde la Cruz.

Igual que en 2007, yo haré mi curso de retiro a partir del Lunes Santo y no entraré en el blog desde el martes hasta el Domingo de Resurrección. Claro que, si cayera en la tentación de escribir alguna línea…

Sí, hablaría del sueño de los apóstoles. ¡Qué bien los entiendo! Habían cenado cordero, habían bebido las copas de vino que estaban prescritas en el rito de la Pascua judía, habían tenido una larga tertulia con Jesús, habían hecho su primera comunión, habían sido consagrados sacerdotes y obispos..., y llegaron a Getsemaní agotados. Era imposible permanecer en vela.

José Javier Esparza, en el artículo que reproduje aquí, reprocha a los católicos su pasividad. Jesús, en el Huerto de los Olivos, también intentó, en vano, despertar a los suyos. Quizá les pedía demasiado.

Aquella noche Judas era el único apóstol que no tenía ganas de dormir.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo, como Ud, tengo el finde mas liado que el resto de la semana. No hay quien pesque el ordenador! Pero sigo leyendo sus posts porque estoy adicta... y ademas me ayudan mucho. Gracias.

Anónimo dijo...

Pasó por aquí una carmelita descalza que comentó cierta vinculación mística con este blog. Si yo fuera un mistico d´ria lo mismo, porque me ayudamucho

Lucía dijo...

Si, siempre pasa lo mismo, nos quedamos dormidos disfrutando de tantas cosas buenas sin darnos cuenta de la misión que nos han encomendado...