martes, 25 de noviembre de 2008

La vida no es redonda


Hoy
apenas tendré tiempo de asomarme al ordenador, pero aprovecho esta hora intempestiva para responder a Álvaro, que me escribe desde Argentina:

Lo siento, Álvaro, lo de la ensalada y la ensaladera era sólo un juego de palabras inocente y pienso que hasta gracioso. Si te ha molestado, lo lamento de verdad y te pido perdón; pero reconoce que tampoco era para tanto.

Me preguntas también por qué dejo las historias a medias, por qué no redondeo las anécdotas que voy recordando en el blog. “Quiero suponer —escribes—que se trata de una técnica literaria...”

Pues supones mal, querido Álvaro. No redondeo mis recuerdos porque la vida no es redonda ni “redondeable”. Las cosas ocurren como ocurren, pasan y casi nunca terminan del todo. Y si acaban, yo no me entero. Sólo Dios conoce el final.

Hace meses escribí que, en la vida de los curas, las gentes casi siempre llegan sin avisar y se van sin despedirse. Dios nos pide esa renuncia. Él quiere que repartamos el corazón y lo multipliquemos como los panes y los peces de la montaña, pero sin pedir nada a cambio, ni siquiera unas migajas de cariño. Nos lo dan, desde luego, pero a distancia. Y está bien así.

Sigue escribiéndome, Álvaro. Y no te preocupes: el año próximo lucharemos de nuevo por la ensaladera.

Nadal aliñará la ensalada y os hará morder el polvo.



11 comentarios:

Luis y Mª Jesús dijo...

si lo fuera, redonda, se convertiría en un un círculo opresivo, en una carcel.

Anónimo dijo...

Gracias padre Enrique. No me enfadé con su broma, pero será muy lindo vencer el año próximo al múmero 1 del mundo.

Nacho dijo...

Eso va al revés también. Los curas van y vienen sin avisar. Te acostumbras a uno y ya te lo han cambiado.

Anónimo dijo...

Sobre todo en verano.

Rocio dijo...

Y yo que pensaba copiarle la idea,me parecía genial,ya no lo hago.Cuando algún comentario o foto de algún blog me gusta lo copio,igual que en el cole jeje.Rocío

Anónimo dijo...

Estoy completamente de acuerdo con Nacho.

pepito dijo...

Hola, me alegro de haberte encontrado...

Enrique Monasterio dijo...

¿Y qué le decimos al bueno de Álvaro?

Anónimo dijo...

Pido primer para que me apunte en la lista de intenciones variables de la novena!!!

Anónimo dijo...

Que siga entrenando... Y cuidadito con enfadar a Kloster!

Conrad López dijo...

Pues ... ¡que el jurgol es asín!

Me ha gustado mucho lo que dice sobre la gente que pasa por la vida de los curas. Es una verdad como un piano, pero nunca me había parado a pensarlo.