sábado, 1 de noviembre de 2008

Todos los Santos, todos.

Todo el cielo en una ventana


Pedro, Pablo, Andrés, Santiago, Juan, Felipe, Natanael...

Y las dos Madres Teresas, la de Ávila y la de Calcuta; y Juan de la Cruz, patrono de los poetas, y Josemaría Escrivá, patrono de la prosa diaria, que él convertía en endecasílabos, en verso heroico. Y Pedro Antonio Urbina, devoto de los dos, que se nos fue con ellos este año; y Francisco de Asís, Domingo de Guzmán, Ignacio de Loyola; y Agustín de Hipona, Ireneo de Lyón, Policarpo de Esmirna, Juan Crisóstomo, Alexia González-Barros.

Y Dolores, la vecina del cuarto, que iba a Misa todas las mañanas muy temprano y un día se quedó a medio camino; y los santos Inocentes, que fueron mártires sin saberlo; y los millones de niños abortados, que también lo son; y Plácido (chapa y pintura) que llevaba en la cartera un crucifijo enorme que yo le traje de Roma, y antes de escribir la factura, le echaba una ojeada o le daba un beso para no pasarse en el precio; y el Gallego sin nombre, mendigo del barrio, que murió de una paliza agarrado a una botella de tinto y a una imagen de la Virgen que le regalé. Y Enriqueta la tonta, y Juan el lechero.

Y Pedro Herrero, cura, natural de Villalón de Campos, que se fue de este mundo con la sonrisa en los labios, porque él sonreía siempre, incluso cuando perdía el Madrid, que era el club de sus amores. Y Sonsoles González Andrío, que consiguió llevar su melanoma con tal salero que todos le tuvimos envidia. Y Pedro Lombardía, que murió contando chistes igual que mi hermana Mari Pili, y siguen contándolos en el Cielo.

Y Maribel, una chica que murió de pena. ¡Cuánto daría por verla sonreír en el Cielo! Y Manolo y Lourdes un matrimonio maduro que conocí en Cerceda: los dos padecían la misma enfermedad, pero se cuidaban el uno al otro, quitando importancia a los propios achaques y desviviéndose de modo heroico. Y Mamen Milán, mi antigua alumna, que se fue consumiendo poco a poco sin quejarse jamás. Siempre estaba "un poquito mejor". Y Andrés, comunista de toda la vida, que descubrió a Jesús en la Cruz, como el buen ladrón. Y el "famoso escritor" del que hablé aquí hace un año, agnóstico sincero que buscaba la luz y la verdad con pasión.

¿Y cuántos más? Una multitud que nadie podrá calcular. Sin embargo, cada uno de ellos es único para Dios. Amado por Él como si no existiera ninguna otra criatura en el mundo.

Todos los santos, todos. La fiesta de hoy nos habla de la meta. No tengamos miedo. Hay que alzar la cabeza y mirar al Cielo, porque allí nos están esperando.




11 comentarios:

Conrad López dijo...

"Ante Dios nunca serás un héroe anónimo", reza un viejo dicho de los carlines. A ellos me encomiendo en este comienzo del día, y me uno a su bellísima oración, don Enrique.

Feliz día.

Yuria dijo...

Perfecto. ¡Cuántos santos hay entre nosotros! Los q llamamos santos, santos, fueron de carne y hueso, como nosotros, y tuvieron sus carencias, como nosotros. Pero, una cosa, seguro que no fueron orgullosos, sino sencillos.

Un saludo.
(Mi padre ha fallecido, anteayer. Me gusta comunicárselo).

Juanan dijo...

Y no sólo los que ya están en la Gloria, sino los santos imperfectos que estamos aquí todavía. Porque la Iglesia es santa, y desde el bautismo somos santos, y estamos llamados a serlo en plenitud.

Adaldrida dijo...

Y también mi bisabuela, y mi profesora de literatura de COU. Y Don Gonzalo Redondo. Y Maruxa, ojalá, que murió de un cáncer extraño, y dijo antes de morir: "yo Le tengo muy descuidado"...

Anónimo dijo...

Yo quiero estar allí... estaré allí cuando me toque!!! Estoy dispuesta, sólo le pido a Dios que me recuerde cada día, que lo mío no es por el momento un cáncer, ni una vida con demasiadas dificultades -que las hay- y penas... sólo hacer por amor todo lo que hago. Y tengo que decir, con vergüenza, que esto que parece tan fácil, para mi, es y será una lucha de cada minuto en el que soy consciente de que no estoy haciendo lo que debo o como debo hacerlo.
Ahhh!!! y allí os quiero ver a Tooodooos.

Lucía dijo...

Mientras tanto nosotros aquí preparando el traje para la fiesta, que de vez en cuando se descose y hay que remendarlo un poco.
Me ha encantado lo de Plácido...
Yuria, rezo por tu padre.

Anónimo dijo...

Por tantos. Por todos.

Anónimo dijo...

Dicen que el que está triste es porque está lejos de Dios... ¿no se puede llegar al Cielo triste a encontrar la felicidad que nunca se ha tenido?

Andrés Cárdenas M. dijo...

Y Montse y mi hermano que no logró conocer este mundo (su sé si es bueno o malo) y al Cura de Ars y Marianita de Jesús y María Goretti y tantísimos más. Será una alegría infinita.

Anónimo dijo...

Y mi hermano, que justo el 1 de noviembre de este año hizo 7 años que se fue al cielo. Y lo hecho mucho de menos, sin remedio. Y casi segura que es un santo. Para mi, ya en vida, era un angel.

Anónimo dijo...

... Y Juan Pablo II que para los jóvenes de hoy ha sido un ejemplo tan cercano...
Saludos
Carlos