Credo quidquid dixit Dei Filius; Nil hoc verbo Veritatis verius.
“Creo en lo que dijo el Hijo de Dios; nada más verdadero que su Palabra de verdad.”
Sinagoga de Cafarnaúm
Estos dos versos del “Adoro te devote” me trasladan a Cafarnaúm. ¿Recuerdas? Fue aquel día de primavera en que nos pediste que creyéramos en ti más allá de lo razonable; que te siguiéramos sin miedo y nos lanzásemos al abismo sin fondo que se abría detrás de tus palabras.
Estábamos en la Sinagoga y te escuchaba una gran multitud que pocas horas antes había tratado de coronarte rey. Yo también lo quería, sin entender gran cosa. Dijiste entonces que eres el Pan de vida y te escuchamos con gusto. Yo entendí que se trataba de una hermosa imagen, parecida a otras que tú mismo empleaste: “yo soy el Buen Pastor, la Vid, el Camino, la Verdad…”
Pero seguiste hablando y el discurso se hizo más concreto y más duro. Y cuando, de pronto, pronunciaste las terribles palabras “carne” y “sangre” y dijiste que debíamos comerte y beberte, despertamos de golpe a realidad de tu locura. Fue como una descarga eléctrica que estremeció a cada uno de los que te escuchábamos. Algunos se taparon los oídos o se rasgaron las vestiduras. Los más cercanos a ti se alejaron avergonzados: “Jesús se ha vuelto loco…”, decían.
Y nos quedamos solos tú, yo y los 12.
—¿También vosotros queréis marcharos…?
Pedro respondió en nombre de todos que sólo tú tienes palabras de vida eterna. Nil hoc verbo Veritatis verius. Te lo repito yo ahora con las palabras de este poema.
No vuelvas a preguntarme, Señor, si quiero irme. A veces tengo miedo de volverme razonable y escapar.
8 comentarios:
cuesta entender su entrada gracias por estar todos los dias soy madre de seminarista me ayuda muchisimoleerle todos los dia
A mi me pasa lo mismo. Ayer, cuando recibí la ceniza, y oí las palabras "convertíos y creed en el Evangelio" pensé que me queda aún mucho para serle del todo fiel, para fiarme del todo de El, para ser como El.
Creo en esa Palabra de Verdad, pero a veces dudo....Señor auméntame la fe, ayúdame en mi incredulidad.
MMB.
Señor, Tú sabes que te quiero...
Señor, sólo Tú tienes palabras de vida eterna...
Cuando me asaltan las dudas de fe, o cuando el Señor parece que está "desaparecido", siempre recurro a esos momentos en que "sentí", casi de una manera física, su Presencia. ESto me reconforta.
La vida sin Él es oscura, y gris.
Señor, no permitas que me aparte de Ti.
Yo, que estoy en otro nivel, pido humildemente creer, recobrar una fe perdida.Pero también me enseñaron que la fe es un don de Dios. Y luchan la cabeza y el corazón. Sería maravilloso creer pero ¿cómo puede ser verdad tanta maravilla? ¡Qué estoy hecho un lío!
Juan, no publico tu comentario por... excesivo.
Solo te digo que todos tenemos luchas, caídas y recaídas, y hay que empezar muchas veces. En eso consiste la fidelidad, no en ser inconmovible. Por tanto, yo no tengo una "fuerza" especial
Gracias por su comentario, me ha ayudado mucho.
Todos los días pido a Dios que me aumente la fe, que no pierda nunca el norte y que siempre permanezca a su lado, y le repito: Domine, Tu omnia nosti, tu scis quia amo Te; Fiat!
A mi también me da miedo el exceso de "sentido común".
Este libro lo tiene que escribir de algun modo....Título: Los posts del Jueves. Lo único es que tendrá que empezarlo cuando acabe de comentar el Adorote...
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