miércoles, 4 de febrero de 2009

Un mendigo de la crisis

No, no es éste, pero la foto me recuerda el gesto del mendigo
En la calle Ayala, en el corazón del barrio de Salamanca, ha aparecido un mendigo nuevo. Tiene 59 años y está en el paro desde hace unos meses. No recibe ningún subsidio y a su edad ha perdido la esperanza de encontrar trabajo.

De pie, recostado en la pared, sujeta unos pañuelos de papel en la mano izquierda como ofreciéndolos a cambio de ayuda y susurra que tiene hambre, que no ha comido nada hoy y que nadie le hace caso. Lo dice así, con todas las palabras, pero apenas se le oye. Tiene la voz rota y la mirada se le va al suelo como avergonzada.

Yo hoy me he fijado en sus ojos enrojecidos por el viento y la lluvia helada que cae sobre Madrid. Me he acercado y, después de dejarle una limosna, le he preguntado por su salud. Contesta dubitativo, sin atreverse a levantar la cabeza.

—Tengo una hernia en la ingle que me va a matar cualquier día. Lo malo es cuando toso. Y aquí me paso el día tosiendo…

Así ha empezado nuestra conversación. Quedamos en seguir mañana.

—Gracias, caballero… Perdón, padre —rectifica—; no me había dado cuenta…; que Dios se lo pague.

Lo he escrito más de una vez: si nos detuviésemos un momento a charlar con los mendigos, si les mirásemos a los ojos… ¿Por qué huimos de ellos?

11 comentarios:

Anónimo dijo...

es un escelente "ejercicio", pero no sè allà, pero acà en mi pais no se puede uno fiar de cualquiera en la calle, la delicuencia a veces se disfraza de personas desvalidas... serìa increìble tener la libertad de invitar a algun mendigo a comer a su propia casa y hacerlo pasar un buen rato... pero la situaciòn no esta para èsto... Segùn mi opiniòn.
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El que tenga estas posibilidades hacer esto... que lo haga ¿no?

Anónimo dijo...

LA VERDAD ES QUE TIENE USTED RAZON.
YO HE INVITADO VARIAS VECES POR ESE BARRIO A MENDIGOS/AS A COMER ALGO O A LLEVARLES A UNA FARMACIA A COMPRAR MEDICINAS.
VALE LA PENA ARRIESGARSE EN LA VIDA,SO PENA DE LLEVARTE UN SUSTO,PORQUE ESTA GENTE AGRADECE EL SIMPLE HECHO DE QUE TE PARES Y DEMUESTRES QUE ALGUIEN SE INTERESA SIMPLEMENTE POR ELLOS,QUE TIENEN DIGNIDAD COMO TU.
"LO QUE HICIERES CON UNO DE ESTOS...ES EL EVANGELIO PURO....
GRACIAS POR RECORDARMELO,HACE TIEMPO QUE NO LO LO HAGO
GRACIAS Y BUEN DIA

Altea dijo...

Lea el sainete "Los pobres" de Arniches y sabrá por qué.
Vale, entiendo que no todos son así. Ayer cuando me iba a casa (12 de la noche), bendije la cama que me esperaba en casa al observar un hombre que hacía lo que podía por dormir en el suelo de unos soportales, donde había una corriente de mil demonios.
Pero aborrezco la organización que se traen la mayoría. No me gusta que me hagan la pelota abriéndome la puerta cuando entro o salgo de la iglesia (tengo dos manos, de momento). Y no me gusta que me digan impertinencias, que ya ha sucedido varias veces.

Luis y Mª Jesús dijo...

existe el prejuicio en identificar la mendicidad con la delincuencia, y hay mucho pobre profesional ... Los que parten el corazón son los padres de familia que no les llega.

Anónimo dijo...

El otro día un señor se quejaba en la calle de que la mendicidad la estaban copando mafias rumanas.

Anónimo dijo...

D.Enrique, no he vuelto a ver a Juanito en la puerta de los Carmelitas.¿Sabe usted algo de el? .

victoria luque dijo...

Incluso los llamados "pobres profesionales" si se les ofreciera otra cosa, no dudo en que dejarían de pedir en las iglesias, o en las puertas de los supermercados.
Me viene a la cabeza un rumano que pide en un semáforo, le conozco desde hace varios años, y hacía unos seis meses que no le veía, el otro día le volví a ver en el semáforo. Y me dijo que había estado trabajando en la construcción, pero que ya se le había terminado... No nos engañemos, este tipo de vida, la del pedigüeño, no le gusta a nadie.

CRIS dijo...

A mi, simplemente, creo que me da mucha vergüenza...Yo reconozco, que, les puedo dar, mirar y hasta les sonrío...pero me siento incapaz de conversar, porque no sé qué decir...

Es algo que me lleva a enjuiciarme mucho, no crea...Hace unos años tuve la experiencia de ir por las casas de un barrio muy humilde de Madrid visitando a aquellas personas que nos abrían la puerta para escuchar nuestra experiencia de fe, recibir una Palabra de la Biblia (que siempre era al azar) y rezar un rato.

Eran situaciones tremendas...de sufrimiento, enfermedad, penurias y pobreza.

Yo, no lo he pasado tan mal en mi vida, me quedaba bloqueada...me avergonzaba de lo que pudiera decirles, porque siempre...sin excepción, me sentía como una pulga en medio de sus vidas, sus circunstancias, y su realidad...y me preguntaba...¿Pero qué hace una burguesita de vida chata como yo hablando de fe a estas personas?

A pesar de todo, la experiencia era como el salmo: "Al ir, vas llorando, y al volver, vienes cantando" porque siempre escuchaban, siempre daban las gracias, aúnque estoy totalmente convencida de que yo recibía de ellos mucho más que ellos de mi.

¿Qué sentido tenía entonces? Para mi, viendo mi debilidad, sólo había un consuelo y una certeza; que era Dios mismo quien les visitaba en realidad, y que simplemente, por abrirle la puerta, recibirían el ciento por uno...Al igual que era Dios mismo quien se hacía presente en aquellas visitas y me llenaba de amor.

A pesar de todo...Don Enrique, me sigo viendo incapaz...

En fin, no sé por qué he contado esto aquí...no sé si viene a cuento y aunque estoy tentada de borrarlo, lo voy a dejar.

Le pido disculpas

Enrique Monasterio dijo...

Creo que tendré que volver sobre el tema.
Cristina, yo vi a Juanito anteayer. De vez en cuando se va de la iglesia y anda por el barrio.

Alejandro González Degetau dijo...

Don Enrique:

Gracias por hacernos ver lo afortunado que somos todos nosotros y todavía mejor en estos días donde solo se ven caras largas por la dichosa "crisis económica".
Muchas veces no nos damos cuenta lo que tenemos y se nos puede llegar a olvidar que el techo que tenemos para dormir, la comida, el agua etc. son regalos inmerecidos.
Mi nombre es Alejandro, soy mexicano, tengo catorce años y sueño con volverme escritor.
He leído a recomendación de mi mamá (otra fan tuya, para variar) "El Belén que puso Dios" y "Pensar por Libre" y apenas ahorita descubrí este blog ¡¡está padrísimo!!
Nomás lo invitaba a meterse a mi blog www.aevnturasdetinta.blogspot.com No se engañe, de verdad se llama aevnturas y no aventuras (habrás notado sin necesidad de mucha capacidad deductiva que el blog comparte con su creador un continuo aire despistado).
En ese blog publico alguno que otro plumazo o garabato literario, poesías cursis, cuentos de misterio, etc, todo lo que sale desordenadamente de mi imaginación y el teclado.
Sólo lo invitaba, porque si tiene tiempo me gustaría mucho que leyera y me comentara algunos escritos. Su opinión es muy importante para mi.
Bueno, corto el rollo porque seguramente ya lo aburrí bastante.
No deje de escribir el blog de pensar por libre.
Desde aquí yo rezo por usted.
Saludos
Alejandro

Templador de Gaitas dijo...

Pues mas vale que nos vayamos acostumbrando, y yo el primero, por que me temo que cada vez va a ser mas común que veamos a personas pidiendo por la calle, y o nos ayudamos entre todos un poco, o se puede complicar el tema mas aún.

A veces no tenemos contacto con ellos por que nos da miedo en efecto "continuidad" . Una vez que entablas una conversación o dejas algún euro, ten por seguro que al dia siguiente al pasar por el mismo sitio al ir al trabajo sentiras la obligación de volver a hacerlo. Pero es mas facil mirar para otro lado. La primera vez no, pero a la segunda o a la tercera no le das ni importancia.