Leo que a cincuenta kilómetros de la costa de Cantabria se ha generado una ola de 26 metros de altura. Al parecer se trata de la ola más grande detectada en esa zona en toda la historia.
Yo no sé cómo ni quién mide la altura de las olas ni desde cuándo existen instrumentos capaces de lograrlo. Tampoco entiendo cómo calculan la velocidad del viento ni el número de rayos de una tormenta ni la velocidad de la pelota de tenis cuando sale de la raqueta de Nadal.
Siempre he pensado que, sean o no exactos esos cálculos, tienen un efecto tranquilizador. Transformar en números la fuerza de la naturaleza nos crea la sensación de que la hemos sometido a nuestro dominio.
Sin embargo, cuando la mar galopa, menos bromas. El vídeo que pongo a continuación es de una belleza sobrecogedora. Al verlo (gracias Piku, por mandármelo) me he imaginado a Jesús, Señor de las olas y las tormentas deteniendo de improviso el temporal como hizo en el mar de Galilea; y la sorpresa de los discípulos, que decían: "¿Quién es éste, que hasta la mar y el viento le obedecen?
-Oye, ¿pero no habíamos quedado que los lunes pondríamos publicidad?
-¿Te parece poca publicidad la de este golpe de mar, querido Kloster? Los cielos cantan la gloria de Dios, dice el Salmo. Es la mejor propaganda del Creador.
No me llaméis "blog". Soy un globo que vuela a su aire, se renueva cada día y admite toda clase de pasajeros con tal que sean respetuosos y educados, y cuiden la ortografía. Me pilota desde hace algunos años un cura que trata de escribir con sentido sobrenatural, con sentido común y a veces con sentido del humor.
lunes, 9 de febrero de 2009
La mar
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7 comentarios:
kloster,sabes q. algunos dicen q.Dios no existe...en q. estaran pensando..viendo este video...
Majestuoso...
quien puede negar la existencia de DIOS ante tales imágenes
gracias
Emmmm... me he perdido. ¿Olas grandes = Dios existe? ¡A mí las olas me dan mucho miedo! Me parece algo terrorífico, y Dios no tiene nada de terrorífico.
Pero mi abuela piensa igual, la verdad. Una vez hubo una tormenta sonada y abrió bien las ventanas y decía, gozando: "Ésta es la fuerza de Dios".
Todavía no son las 12 y ya me han comparado tres veces con tres abuelos o abuelas: el de Rocío, el de Juan y el del empleado de la gasolinera.
D.enrique no sea usted coqueto,que ser abuelo rejuvenece y usted tampoco es ya un mozo!!!
Oh God, thy sea is so great and my boat is so small.
Todo majestuoso, todo canta a la gloria de Dios, hasta Mozart.
Gracias
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