La Navidad no es un cuento
Querido Papá Noel:
Te envío este e-mail con todo respeto e incluso con cierto temor, porque eres un personaje poderoso. Te conocen y admiran los niños del mundo entero. Tienes un pasado ilustre y, desde hace unas cuantas décadas, ocupas un lugar de relieve en las celebraciones de la Navidad. Te llaman también “Santa Klaus” y te identifican con San Nicolás, el obispo de Bari.
Sin embargo tus amigos parecen haber olvidado este detalle y no sólo te han cambiado el nombre, sino que además te han despojado de tus ornamentos episcopales, te han hecho engordar veinte kilos y ahora apareces como un tipo rollizo vestido de rojo que corretea por el mundo montado en un trineo.
No eres el único personaje mítico que se ha colado en estas fiestas. Hay centenares repartidos por toda la geografía. En mi tierra han creado al Olentzero, un carbonero dadivoso que reparte juguetes; en Cataluña existe el Tió de Nadal, un tronco de árbol al que hay que darle una buena paliza para que eche chuches por su agujero menos noble. Y en Italia, modificando la palabra “Epifanía” inventaron la Befana, una bruja que trata de dejar sin trabajo a los Reyes Magos.
No me dirijo a ellos, porque tienen una importancia relativa. Entiendo que tú eres el jefe.
¿Te has preguntado alguna vez, amigo Noel, por qué estás aquí; qué tienes tú que ver con el nacimiento de Jesús en Belén? Yo también tenía esa curiosidad, y después de consultar todas wikipedias de la red, creo que empiezo a entender algo.
Me temo que la culpa es de la literatura. Resulta que, desde hace muchos siglos, con la llegada del frío, los hombres, mujeres y niños del hemisferio norte, necesitábamos oír cuentos al calor de la lumbre; cuentos de mucha nieve y animalitos del bosque; narraciones azucaradas a ser posible, que no alterasen la paz de las familias.
Como las fiestas de Navidad se celebran más o menos por esas fechas, algunos de esos relatos tuvieron como protagonista al Niño Jesús, a los pastores, etc. Así nacieron los famosos “cuentos de Navidad”, un género literario que, con el paso de los años, ha generado relatos de enorme belleza.
Gran invento éste de los cuentos de Navidad, sobre todo aquellos que se dicen en voz baja junto al belén y ayudan a penetrar con la fantasía en el misterio del Nacimiento del Hijo de Dios.
Lo malo fue la llegada del romanticismo y, cómo no, del laicismo. Muchos de esos cuentos cambiaron de órbita repentinamente. Ya no importaba tanto la historia de Belén (que de hecho fue olvidada por completo) como el “espíritu de la Navidad”.
¿Y qué es ese espíritu? Tú lo sabes muy bien, querido Noel, puesto que eres su profeta. El espíritu de la Navidad es un síndrome de buenismo invernal, al que se nos convoca por decreto; una hemorragia universal de buenos sentimientos cuyo origen nadie conoce, y que se expresa de mil formas: bolitas brillantes de colores, guirnaldas, ramas de abeto, acebo y una moda en rojo-pasión y blanco-escarcha.El “espíritu de la Navidad” ha creado sus propios villancicos laicos en los que ya no se canta al Niño Jesús, tal vez para no ofender a los agnósticos, sino al propio “espíritu”. Son canciones con muchas campanas, duendes, gnomos y renos piadosos de cuernos azucarados.
Y tú, Papá Noel, ¿qué haces? Nada especial. Era preciso encontrar un protagonista para este cuento de navidad interconfesional. Tenía que ser gordito, con mofletes y una sonrisa pánfila e inofensiva.
Tampoco a mí me ofendes, rechoncho amigo. En el fondo me pareces gracioso, y no has conseguido que me olvide de la Nochebuena ni del belén. Sin embargo podríamos llegar a un acuerdo: ¿por qué no te trasladas con tu trineo y tus renos a otra época del año; a la Cuaresma, por ejemplo? Yo seguiría escribiendo cuentos de Navidad, y explicaría a quien quiera leerlos que no podemos celebrar el nacimiento de un Niño encerrándolo en el armario para que no moleste.
La Navidad no es un cuento, colega.
13 comentarios:
Muy buen cuento!!! Aupa Los Reyes!! Gracias x esta entrada
Hoy a encender la primera vela de la corona y este año pondremos la cunita vacía esperando q llegue el día 25 para poner al Niño.voy cambiando las estrategias para remover el corazón de algún hijo. mío q se me ha despistado un poco(aunque todos son buenísimos) Papa Noel lo dejamos en su sitio ni más ni menos
Buenos días.
Estoy de acuerdo con usted.
Aún le diré más: es un tema que no
me molesto es discutir con nadie,para mí como usted bien escribe es un cuento.
Los Reyes Magos, el significado de la Navidad forma parte...de lo mejor
de mi vida.
Muchas gracias por poder ver y leer
sus comentarios.
Es verdad, no se puede explicar mejor. Una Natividad sin Niño no tiene sentido, lo que celebran (incluso nos unimos a veces) es la carrera de las compras al son de un muñequito que toca campanas. Y como encima la fiesta es antes de acabe el año ...¡más días para consumir!. Gracias de nuevo, por recordarlo tan literariamente.
Totalmente de acuero. No es por el gordito en si, que es bienintencionado y bonachón. Es por el miedo que da el despliege mediático (alentado por la industria cinemátográfica de USA) para, poco a poco, ir desplazando al Niño Jesús, motivo único de celebración.
Curioso que esa figura venga de Sinter Klaas, el Obispo Español (San Nicolás) que llega a Holanda todos los años a traer regalos a los niños a primeros de Diciembre. Hasta esa tradición cristiana se intenta tapar.
Feliz Adviento a todos.
Menudo revolcón ha dado al orondo "traedor de regalos" en ese desolador e-mail. ¡No quisiera estar en sus barbas blancas!
Me cae bien el personaje que recuerda a un abuelete bonachón. Hasta me sentaría en sus rodillas para que me contase un cuento. Otra cosa es que nos lo hayan "colao" saltándose nuestras costumbres.
Tenemos que reivindicar a nuestros Reyes Magos y no dejarnos embaucar por todo lo que nos "imponen" en aras del consumo exclusivamente. Por cada Rey Mago que veo atendiendo a los niños con sus cartas, hay cien papanoeles tocando la campanita a la puerta de los comercios. Así, el trineo y su simpático tripulante nunca darán marcha atrás.
A los creyentes nos queda el verdadero sentido de la Navidad que tenemos que proteger y proclamar. ¡Ah! y el roscón de Reyes.
Vivan los Reyes Magos!!!!!
¡Siempre mi despiste! No le había dicho, gracias por sus letritas... que dicen exactamente lo que me hubiera gustado escribirle -si hubiera sabido hacerlo- al intruso gordinflón del trineo.
No ofende quien quiere sino quien puede. A mi no me molesta el Papa Noel, ni el árbol, etcétera. Que cada cual celebre la Navidad como quiera.
Lo nuestro son los reyes Magos,celebramos la adoarcion de estos hombres al niño Jesus que es el principe y centro de la Navidad.
Un año mi hija empezaba la carta asi ....Queridos Reyes Magos yo no os he visto nunca pero mis padres dicen que sois de verdad, me he portado regular pero voy a mejorar , ademas podeis hablar con mis padres que dicen que os conocen , te dejo el telefono de mi padre por si no sabeis que piso es el nuestro...
Los de correos podían hacer un libro con las cartas que les llegan para los Reyes Magos y que el dinero que se consiguiera fuera para ayudar a los niños que no tienen ná o muy poquito.
Y además nos harían revivir la inocencia que teníamos y que debe estar por ahí, oculta entre Papasnoeles y demás.
Me gusta la carta de tu hija Anónimo de las 9:29.
Me he quedado con las ganas de oir cosas de Baltasar,a los trece dias llegó a Belén siguiendo una estrella que apetecia seguirla por su luz verdadera y no hizo caso de habladurias.Los Reyes Magos recibieron el don de la inteligencia y del discernimiento.Falta me hace!!
Yo soy de los que creó qu hay muchas mantas
de convertirse ....y esta no es mala
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