domingo, 4 de agosto de 2019

Mensajes de agosto

  

Se confirman las previsiones. Esta mesa camilla se queda en los huesos cuando llega el mes de agosto y gruñe la chicharra en el campo. Hasta los pájaros se van o se resguardan de la canícula dosificando sus cantos para no hacer esfuerzos innecesarios. Siempre nos quedará Antuán con sus magníficas apostillas, pero casi todo el mundo se nos ha ido de vacaciones. Descansan de mí, y lo entiendo.
En cambio aumenta el número de whatschaps y de correos electrónicos. En mi buzón hay mensajes con sabor a salitre y a arena de playa. Son recados breves, escritos con prisa y, casi siempre, sin acentos ni demasiados signos de puntuación,  pero llenos de afecto y entusiasmo.
Entre los que recibí ayer, destaco éste:
Buenas tardes don Enrique, leo siempre su blog. Le quería preguntar cómo puedo hacer para ser fiel cada día al Señor, cómo amar a la Santísima Virgen, y yo sobre todo quiero ser fiel a Jesús. Se lo pregunto porque valoro mucho su experiencia. Un abrazo muy grande!
No conozco al remitente. Me escribió una vez hace algunos meses; sé que vive en una ciudad de Castilla y que es un chaval muy joven, de quince o dieciséis años. Me dice su nombre y naturalmente le he contestado.
No le he dicho que su mensaje me ha levantado el ánimo. Acabo de leer en una revistilla de medio pelo que el mes de agosto es el mes de las rupturas, de los divorcios, de las infidelidades. Supongo que el autor de este comentario se lo ha sacado de la manga, pero algo de eso hay. En todo caso, a este chico, el calor del verano no le ha hecho perder el sentido de su vida. Él busca lo único importante, y en esta mesa camilla hay ya unos pocos que le acompañaremos con la oración, para que no flaquee.

10 comentarios:

Isabel dijo...
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Anónimo dijo...

Isabel, como te las arreglas para verlo todo al revés? Así que los “menores de edad” tienen que hablar solo con sus “curas de cabecera” y no Con “alguien que tiene un blog”? A ti te duele algo, o qué?

Papathoma dijo...

Estoy segura de que somos más los que lo leemos a diario, aunque pocos comenten. Reconozco que a mí me gustaría un encuentro real.
Isabel, uno empieza subiéndose a un globo, continúa organizando un encuentro para conocerse, acaba en un curso de retiro, pasando por una JMJ...y haciendo grandes descubrimientos. Nunca se sabe.
Rezo por ese chaval, qué gran ejemplo.

Antuán dijo...

Pues si que si. Don Enrique! Aquí estoy yo sin falta. Ayer tuve mucho jaleo. Hice de las mías. Por la tarde bollos y pizzas y hasta adelantamos parte de la cena de hoy. Que se la querían llevar puesta. Pues que bien ya la tienen. Nosotros cenaremos con un musical que si pega me cogeré mi caja flamenca y cantaré. Que me da la vida. De lo dicho antes yo también afirmo que hay mucha gente joven que se entiende a la perfección con otros más mayores y por supuesto con un cura. Necesitados de consejo y confianza no tienen inconveniente en pedirlo. No se si saliendome del tema encontré algo simpático para el mes. Digamos una nota musical. Re menor. Yo ya me puse mis playeras y mi camiseta de voluntario.

¿ Se pueda vivir siempre en re menor ?
¡ más quisiera !, estar...
a todas horas palpitante de amor.

¿ Qué sería de una canción en nota sostenida ?
un grito insoportable... y a por otra.
Canción de notas sueltas, no vale.

Como si me visto de fino todos los días;
¿ donde está la fiesta ?, no te sorprendo.
Zapatos de tacón se los reservo...
A los que quieren presumir y mirar desde arriba.

Yo prefiero correr en playeras...
y atravesar tu corazón con besos.
Tirar con honda deseos imposibles...
Y hartarme de tus sopas, perdón de tus palabras,
Cariñosas, exigentes... porque soy un haragán...

Y se me pasan las horas sin decirte nada.
Tú, tan cerca de mi, que me miras...

Si algo hago: vivir que no es poco;
Me invento alegrías para beber
Y refrescarme, que estamos en agosto.

Agosto-99

Bueno que lo disfruten. Para mi el trabajo es una medicina. Después de la hartá que me di ayer. Pero es cuando mejor me lo paso. Pongo música y hasta me da tiempo a bailar. Adiosle

Isabel dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Antuán dijo...

Hola. Perdonar mi atrevimiento. Pero es que hoy tengo un rato más. Y me estaba preparando algo para nuestros encuentros ya sea comida o descanso en la terraza a la fresca, hasta que se va la luz. Buscando una escultura, la encontré en el cuaderno de poesías de Tatuaje. y le llamo el relevo pero distinguía bien. Me fui a Gougle y con una breve explicación me lo resuelve. Los portadores de la antorcha frente a la facultad de Medicina en Ramón y Cajal. Muestra a un joven a lomos de un caballo recogiendo una antorcha de un débil anciano que yace en el suelo. Representa la trasmisión del conocimiento entre generaciones. Y digo yo todos tenemos algo que aportar a cualquier edad. Hasta otra. Adiosle- pido por jóvenes y mayores.

Fernando Q. dijo...

encomiendo al joven que pidea ayuda. Bien por él.
Encomiendo a los Camilleros de esta globo
y por supuesto encomiendo a Antuán, alter-ego de Kloster

Feliz verano a todos

josemaria dijo...

¡Viva el tinto de verano! -Ajiáp!

Antuán dijo...

Buenas Merche! Aquí no aparece todavía pero en mi móvil pude leerte esta mañana. Dices entre otras cosas que han fallecido en tres meses tu madre, tu tía y el marido de tu hermana. Y que estás muy desconsolada. "Solo Tú sabes consolar" le decía yo hace mucho a Dios Nuestro Señor. Cuando llegue a experimentar por un segundo la amargura; como Jesús en Getsemani, Un segundo solo. Nosotros somos el consuelo de Dios y viceversa. El es Quien nos consuela. Llamé a mi hermano en el descanso de la comida, en la segunda llamada ya fue quien me contestó desde Puertollano que iban a empezar a echar hormigón con la fresca. No pierde su buen humor. Quería preguntarle el nombre de un primo que murió y su madre no tenia consuelo. Un día se fue a charlar con el sacerdote que después volvió a misiones y le dijo sinceramente: Yo no puedo darte lo que me pides, quizá si te vas a la capilla un rato y le cuentas a Jesús Sacramentado con confianza, esto, encuentres la paz que necesitas. Y así fue. Me lo contaba mi tita Nico un día; vive enfrente de nosotros y siempre que vamos al pueblo pasamos a verlos. Mi padre en una de sus letanías que a veces cambiaba a su antojo decía: Santa Maria Consuelo del triste. Y eso puedo decir. Ahora me voy que tengo tarea. Adiosle. Así nos despedimos mi hermano y yo.

Adaldrida dijo...

Me ha ayudado a rezar el joven de quince años que sobre todo quiere ser fiel a Jesús. Un abrazo don Henry.