jueves, 8 de agosto de 2019

Volamos hacia la Sierra


La última vez que estuve en La Acebeda saqué esta foto
Esta tarde salgo hacia La Acebeda, una casa de convivencias en Miraflores de la Sierra a mil doscientos cincuenta metros de altura sobre el nivel del mar. Estaré allí hasta que termine el mes. El globo seguirá volando, pero con menos frecuencia e ímpetu. Serán días de descanso, formación espiritual y pájaros montaraces. Al caer la tarde me pondré frente al teclado y, si la inspiración no falla ni se me despeña la wifi, escribiré algunas líneas para mantener vivo el fuego sagrado. En Miraflores, por cierto, ya ha habido un incendio y aún sigue por allí algún retén de bomberos.
Desde la Acebeda se divisan las cuatro torres de Madrid, que emergen de la niebla producida por la contaminación. A veces, si el viento es favorable, se despeja el panorama y aparecen a lo lejos los demás edificios de la ciudad. Cuando me toque volver procuraré no mirar hacia esa bruma que ensucia nuestros urbanos pulmones. Tomaré aire serrano y quizá lo embotelle para un caso de necesidad.
 

9 comentarios:

Pablo dijo...

Don Enrique, aquí viene el eterno dilema:¿se dice el WiFi o la WiFi?

Pablo dijo...

Porque puede ser LA Red Wi-Fi o EL router Wi-Fi

Enrique Monasterio dijo...

Sí. Es un dilema angustioso. No sé si dormiré esta noche

Isabel dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Enrique Monasterio dijo...

¿Se te pasará la envidia si te digo que también voy a estudiar, que predicaré todos los días, asistiré a algunas clases y... a lo mejor llueve? Por cierto, ¿qué pieles debo recargar?

Isabel dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Antuán dijo...

Don Enrique a este ritmo no hay quien le siga y luego dice. Aquí con una simple ayudita ¡QUE LAS MATA CALLANDO! Hacemos el trabajo de dos o tres días puestos a adelantar. Esta noche después de preparar 5000 pizzas por aquello que dice el evangelio, el periódico de la Buena Noticia. Que dio de comer a 5000 hombres ¿ Y que pasa con el resto? Es que Contaría Nuestro Jesús por cabezas de familia a todos. Yo también estuve en Miraflores desde Soto caminando por atajos, de uno de esos paseos nació mi primera poesía. que llame: Composición poética. Esa por ser la prime nunca se olvida.¿Permiso? Para ser yo?

En el camino de vuelta/ el sendero parecía acabarse/ en un recodo de arboles/ Y encima un cielo de colores calidos / Y más arriba colores de cielo azul y nubes blancas/ Tuve deseos de volver sobre los pasos que me alejan de mi Dios y apretarme entre sus brazos fuertes/ ¡Deseos de correr hacia la Casa del Padre!/¡Que alegria mas grande! Adiosle

Rosa dijo...

Jajajaja

Llumla dijo...

Amarre bien el globo a algún árbol del jardín, que seguro que los hay bien grandes y bonitos. En agosto, y según donde uno esté, la mesa camilla da un pelín de calor. Y todo lo que se le ocurra lo echa al globo, Que ya sabe que lectores no le faltan.