miércoles, 7 de agosto de 2019

Camino del súper



Languidece el verano en Madrid y el globo parece desinflarse sin remedio. ¿Qué puedo contar cuando la ciudad está casi vacía? Por si acaso salgo a la calle aprovechando que la temperatura ha bajado, y apenas puedo cambiar un saludo con el portero, mi amigo José María, que ya ha regresado de sus vacaciones en La Mancha.
Camino del súper, doy un pequeño rodeo para cumplir con mi propósito de andar al menos una hora, y atravieso la terraza de una cafetería. Hay pocos clientes, casi todo mujeres que apuran el segundo café con leche de la mañana. Me miran y una de ellas se pone en pie. Se dirige hacia mí. Es una señora de mediana edad, muy delgada y de aspecto enfermizo.
—Padre, necesito que me dé su bendición —dice en voz baja—.
La mujer sonríe pero sólo con los labios. Su mirada, húmeda, está a punto de cruzar la frontera de las lágrimas. La miro a los ojos y ella toma mis manos entre las suyas y las acerca a su rostro:
—Lo necesito, padre. No me pregunte por qué.
Con el dedo pulgar le hago la señal de la cruz en la frente mientras digo en un susurro que solo ella puede oír: que el Señor esté en tu inteligencia, en tu corazón y en tus labios, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Que Dios te bendiga.
La mujer me besa las manos una y otra vez ya con lágrimas. Al fin le pregunto:
—¿Cómo te llamas?
Me dice su nombre, prometo rezar por ella y me alejo, conmovido, camino del súper.

7 comentarios:

Cordelia dijo...

Rezaremos por ella

Isabel dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Parece que el Señor le ha agradecido su esfuerzo de vencer la pereza y andar al menos una hora. Por algo siempre he pensado que es muy útil que los sacerdotes vayan vestidos de sacerdotes, así se les puede identificar en caso de necesidad. Rezo un avemaría por la señora y las otras 9 del misterio por usted don Enrique

Antuán dijo...

Nada como La Mancha!¡Que gente! Y le parece poco que contar solo por darse un paseo. Jo, con que poco se conforma la mujer. Que le dé su bendición. Y ¡Como sabe! Lo que eso significa. Jesús nos bendice cada día y se hace Uno con nosotros. ¡Cuantas personas necesitadas, ignoradas que necesitan ayuda y no la piden! Esta por lo menos tuvo el valor de pedirla: Padre. Que bien suena. Se está empezando a usar otra vez esta manera de expresarse. ¿necesidad, tal vez o reconocimiento? No he podido venir hasta ahora. Solo lo mire en el móvil a la hora del almuerzo. Pero no queria ser menos. ¡Tres Hurras por un ángel! Este era el titulo de un señor cuadro que pinte en una mesa con pintura plastica. Pues eso mismo digo yo de ustedes: ¡Tres Hurras por los curas! Repartidores de la ¡Gracia! Adiosle

Papathoma dijo...

Repartidores de la Gracia. Me gusta, Antuán.
Yo también rezo por la bendecida.

Merche dijo...

Me sumo a las oraciones por esa señora. Si la vuelve a ver dígale que mucha gente reza por ella. A lo mejor eso le da la fuerza que necesita para superar lo que le pase.
Y gracias por ser reconocible como sacerdote.

Fernando Q. dijo...

Rezaremos por ella