domingo, 22 de febrero de 2009

La amnesia de Dios



Hoy, como casi todos los domingos, tengo que predicar un retiro que empieza dentro de una hora y termina a las cinco de la tarde.

Ayer preparé las meditaciones, pero aún debo prepararme yo. Por eso madrugo un poco, me asomo al balcón para respirar el aire frío y seco de Madrid y, sobre todo, releo los textos litúrgicos de la Misa que voy a celebrar.

El Evangelio habla del perdón de los pecados; pero yo me he quedado en la primera lectura, en las palabras que Isaías pone en boca del Dios:

"Yo soy quien borra tus delitos por Mí mismo; no me acordaré de tus pecados..."

San Josemaría hablaba con asombro de un Dios que perdona. El Profeta nos explica ahora hasta donde llega su perdón: el Todopoderoso, por amor a los hombres, es capaz incluso de olvidar nuestros pecados. ¡Qué fantástica esa amnesia divina!

A más de uno me gustaría repetírselo:

—Dios te ha perdonado, ha limpiado tu alma, te ha dado una nueva vida e incluso ha olvidado tus miserias. ¿Por qué te atormentas tú al recordarlas? No trates de abrir esa puerta. El Señor, con su Gracia, la ha cerrado para siempre.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo necesito el perdón divino y también y el perdón humano. En las relaciones humanas hemos perdido la capacidad, que implica humildad, de pedir perdón y la magnanimidad de perdonar porque quizás, nos creemos por encima de ese Dios que perdona. El viernes, soy profesor de Bachillerato, una alumna me faltó gravemente al respeto. Quizás el lunes me pida perdón, pero, y ¡ojalá que no!, será un perdón obligado por el Jefe de Estudios para que la falta sea considerada menor.
¡Ah! Y perdón por la extensión y porque no sé si interesa o hago perder el tiempo a los demás.

Anónimo dijo...

Gracias por repetirmelo a mi!!!!

Outsider friar dijo...

No es infrecuente esa resistencia que usted menciona, Enrique. Hay gente a la que le cuesta mucho cargar la camilla y ser dueña del propio futuro, parecen seguir permitiendo que la camilla les lleve, atormentarse con la propia parálisis...

Juanma Suárez dijo...

ANÓNIMO, yo creo que aunque el perdón sea obligado, al menos será un paso. Hay que enseñar a los adolescentes a saber humillarse para pedir perdón por haber cometido un error. Sólo cuando nos humillamos al pedir perdón salimos fortalecidos..., y siempre cuesta humillarse.

Don Enrique, es muy cierto lo que dice: Dios perdona y OLVIDA. Qué horrible esa frase de "yo perdono, pero no olvido".

Anónimo dijo...

Perdonar y olvidar es un dón de Dios.
Yo pido esa amnesia para mí y agradezco la de Él en laconfesión.

Anónimo dijo...

Gracias a Dios que nos concede estas Gracias.

Adaldrida dijo...

Pero no sólo esa frase, toda la lectura de Isaías es pura poesía, puro amor en metáforas... Cada vez me gusta más Isaías: "ya está brotando..."

Anónimo dijo...

A los mios les hago pedirse perdon constantemente, por las faltas de respeto, por las malas palabras, malos modos, insultos,...incluso por lo que se ha hecho sin querer. Me gustaria que tuvieran el habito de pedir perdon, asi no les costara hacerlo de mayores. Y da fortaleza a las relaciones humanas cuando uno recibe un "apology"!!!!

Andrés Cárdenas M. dijo...

"No me acordaré de tus pecados", nunca lo había tomado en cuenta, gracias!

Isa dijo...

Qué grande es este Sacamento y qué grande El que nos perdona cada vez que acudimos a él.
Gracias por recordarnos esto y... eso, ¡borrón y cuenta nueva!