Llegaste ayer a las tres de la tarde para darme la noticia: después algunos años de dudas y de preparación, has decidido ingresar en la Congregación de las Misioneras de la Caridad.
Comprenderás mi ilusión y mi sorpresa. ¿Desde cuándo no te veía? Resulta que estás a punto de acabar la carrera de Medicina, y yo tengo ahora mismo en la mano el recordatorio de tu Primera Comunión. Ésa es la carita que conservaba en mi memoria, la de aquel día, ¿te acuerdas?, cuando me inventé para vosotras el cuento de Simeón, el niño al que se le metió una estrella en el ojo.
Acabo de repasar la lista de tu clase. Fue una añada espléndida. Todas, sin excepción habéis salido buenas, listas y guapas.
Pasado mañana tendréis una fiesta de despedida y yo os celebraré la Misa en Aldeafuente. Creo que volveré a contaros el mismo cuento de entonces con la esperanza de que alguna más descubra también su estrella.
Ya veremos lo que escribo el sábado.
No me llaméis "blog". Soy un globo que vuela a su aire, se renueva cada día y admite toda clase de pasajeros con tal que sean respetuosos y educados, y cuiden la ortografía. Me pilota desde hace algunos años un cura que trata de escribir con sentido sobrenatural, con sentido común y a veces con sentido del humor.
miércoles, 22 de abril de 2009
Querida Belén...
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8 comentarios:
Qué bonito don Enrique, y qué alegría otra vocación de religiosa, que dedique su vida a rezar y a contemplar a Dios.
¡Dígale que pida por nosotros!
Es admirable su valentía y generosidad y hay que apoyarla con mucha Oración. La tendré presente. AC
Todos hemos de encargarnos de hacer descubrir, si no lo han hecho ya, la estrella de cada uno. Gracias D. Enrique.
Muchisimas felicidades a Belen, y a "Simeon" por haber sembrado en ella esa inquietud de vivir al servicio de los demas. Dios quiera que este sabado alguna otra descubra su vocacion de entrega al Señor.
Saludos
Es muy impresionante la entrada en clausura de una chica joven. Pero impresiona más el cambio experimentado en ella al cabo de los años. Mi tía Beariz, Sor Maria Almudena, lleva en las Descalzas Reales veintitantos años, gracias en parte a Don Enrique. Es todavia joven, tiene 40ish, y humilde, alegre, simpática, piadosa, entregada, pobre, FELIZ! Gracias a Dios por estas vidas de oración, y a los instrumentos de los que El se sirve para conseguirlo.
Oye, "tumisma", don Enrique "pintó" poco en la vocación de tu tía Beatriz. El Señor lo hizo todo, y yo me quedé tan pasmado como su madre y sus hermanos, que, por cierto, reaccionaron con una fe impresionante.
Fue aquella fantástica familia quien hizo posible que la vocación cuajara y echara raíces.
(Ahora pienso que debería ir a las Descalzas reales para visitarla. ¿Me acompañas?)
Es una valiente!!! y cuando la conoces impresiona mucho más!!!. Ahora a rezar por ella.
Don Enrique, sí que me gustaría acompañarle pero estoy a muchos kilometros de Madrid con oceáno de por medio. No obstante le ánimo a acercarse y visitarla, saldrá emocionado al ver la santidad que allí se respira. Y si le sacan unos refrescos todavía mejor. Mis hijos no dejan de ir a verla cada vez que asomamos la cabeza por España. Y les gusta mucho. Dele recuerdos de los americanos, porfa.
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