Marga, desde Bilbao, me invita a leer un blog que, en efecto, vale la pena: se llama "700 gramos y un día" y está aquí.
Este blog relata la historia, contada por sus padres, de un niño prematuro de 23 semanas, en la incubadora. Jesús, que así se llamaba, luchó por sobrevivir arropado por su familia y por una legión de personas que seguimos su aventura hasta el último día.
No me llaméis "blog". Soy un globo que vuela a su aire, se renueva cada día y admite toda clase de pasajeros con tal que sean respetuosos y educados, y cuiden la ortografía. Me pilota desde hace algunos años un cura que trata de escribir con sentido sobrenatural, con sentido común y a veces con sentido del humor.
jueves, 20 de mayo de 2010
700 gramos y un día
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Gracias don Enrique, ya conocía el blog. Hay que rezar mucho, porque los padres lo estarán pasasando muy mal.
No puedo leerlo, me pongo a llorar. Qué fuerte! Pero, qué fuerte!
A mí de la sala de cuidados intensivos de Neonatología me ha quedado el Cántico de Azarías (Dan 3, 34).
Publicar un comentario